El juez penal Pablo Busaniche impuso este miércoles feriado la prisión preventiva para Hugo Miguel Gudiño, un puntero barrial de 46 años acusado del ataque con arma blanca, cometido el mes pasado en las afueras de Santa Fe, contra el agenciero de quiniela y terapista ocupacional Enrique Botta.
SUCESOS
Un "Tigre" acorralado
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La Justicia impuso prisión preventiva para Hugo Miguel Gudiño, acusado junto al excandidato a concejal, Octavio Ritvo, por el robo y tentativa de homicidio del agenciero de quiniela Enrique Botta.
15:18
La medida cautelar fue solicitada por el fiscal de Homicidios, Andrés Marchi, luego de que la víctima reconociera a "el Tigre" Gudiño en una rueda de personas realizada en el subsuelo de tribunales, en la misma jornada.
Aunque el agredido no participó de la audiencia, en su representación estuvo el abogado querellante Esteban Yossen, quien confirmó que el acusado "hizo uso de su derecho a declarar y expresó su versión de los hechos".
Pero más allá de sus dichos "igualmente se acreditaron los riesgos procesales y el juez Pablo Busaniche terminó dando la cautelar de máxima, que en este caso es la prisión preventiva". Y aunque se especula con que "su abogado podría apelar la resolución, está más que acreditado el entorpecimiento probatorio y peligro de fuga", cerró el querellante que forma parte del staff del Estudio Díaz Duarte.
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Puntero barrial imputado por el intento de homicidio del agenciero de quiniela
Fotos de sus hijos
Gudiño, que contó con la asistencia técnica del defensor público Lisandro Aguirre, ofreció una versión exculpatoria de lo acontecido aquel 18 de noviembre en horas de la siesta. Según expresó el propio defensor tras la alegación de su pupilo, éste "actuó coaccionado" por su consorte de causa, el excandidato a concejal Octavio Ritvo; y producto del "estado de necesidad".
Según trascendió, el preso no negó haber participado del ataque, pero adujo que lo hizo porque Ritvo la habría querido contratar de manera "extorsiva" y "coaccionante". En tal sentido, Gudiño habría contado que Ritvo lo "acorraló" enviándole "las fotos de sus hijos y la mujer", condicionándolo en su accionar.
