Cuando exprimimos limón, lo habitual es que su cáscara termine entre los desechos. Sin embargo, según la cocinera Agus Liporace, es posible recuperar ese restó y transformarlo en un complemento versátil para distintos platos.
Convertir las cáscaras de limón en un ingrediente aprovechable es sencillo: desde “pimienta de limón” hasta condimentos para carnes, pescados o huevos. Aquí un paso a paso probado y sus posibles aplicaciones.

Cuando exprimimos limón, lo habitual es que su cáscara termine entre los desechos. Sin embargo, según la cocinera Agus Liporace, es posible recuperar ese restó y transformarlo en un complemento versátil para distintos platos.
Ella propone convertir las cáscaras en una especie de “pimienta de limón” para sazonar carnes, pescados, pastas o huevos. A continuación, el método detallado y las sugerencias de uso, junto con los beneficios que no hay que perder de vista.
Liporace comparte el procedimiento a través de su cuenta de Instagram (@kulinaria.recetas) con un reel donde advierte: “no pierdo nada si reutilizo la cáscara”.
El paso a paso es el siguiente:
Exprimir los limones y reservar las cáscaras.
Con un cuchillo, retirar lo más posible de la parte blanca de la cáscara (la médula), que aporta amargor.
Dejar secar las cáscaras. Se pueden secar de forma gradual conforme se tengan varias, o acelerar el proceso llevándolas al horno o a una freidora de aire, a fuego muy bajo.
Esperar hasta que estén completamente deshidratadas y crujientes.
Procesar las cáscaras ya secas en una licuadora (o procesador) junto con sal, ajo en polvo, cebolla en polvo y pimienta negra. El resultado es un polvo aromático: la “pimienta de limón”.
Con estos pasos se reutiliza un descartable común y se obtiene un condimento casero que aporta un matiz ácido y aromático.
Una vez que se tiene la “pimienta de limón”, Liporace sugiere múltiples usos, ampliando su versatilidad:
Añadirla a pescados o carnes antes de cocinar para darles un toque de sabor cítrico.
Mezclarla con queso crema o crema para incorporar a pastas, como fideos.
Espolvorearla sobre huevos revueltos en desayunos o cenas.
Estos usos permiten que la cáscara, que habitualmente se desecha, se reaproveche como condimento con un carácter distintivo.
Más allá del potencial culinario, el limón —fruta principal de referencia— posee propiedades reconocidas:
Aporta vitamina C, fundamental para reforzar el sistema inmunológico.
Estimula la digestión y promueve la producción de jugos gástricos.
Actúa como antioxidante, colaborando en la protección de las células.
Favorece la absorción del hierro presente en otros alimentos.
Contribuye a la hidratación cuando se consume diluido en agua.
Asimismo, se le atribuyen beneficios para la piel en términos de luminosidad y cuidado.
Si bien muchas de estas propiedades están vinculadas al consumo de zumo de limón o su pulpa, reutilizar la cáscara extiende el aprovechamiento del alimento completo.




