Durante años, se creyó que la luz azul emitida por celulares, televisores y computadoras era la culpable de los problemas para dormir. Se suponía que esa luz inhibía la melatonina—hormona fundamental para iniciar el sueño—provocando mayor alerta y dificultando conciliar el descanso
Esto impulsó recomendaciones como el uso de filtros de luz y evitar dispositivos antes de acostarse. Sin embargo, la evidencia científica que respalda esa relación directa es más débil de lo que se pensaba
Los estudios más recientes subrayan que no todos los dispositivos influyen por igual en la calidad del sueño. Variables como el nivel de brillo, la cercanía del dispositivo y la exposición a luz natural durante el día pueden modificar el impacto sobre el descanso
No todos los dispositivos influyen por igual en la calidad del sueñoPor ejemplo, ver televisión a tres metros de distancia no alteró los niveles hormonales en un estudio, mientras que usar un iPad con brillo máximo tuvo un efecto leve sobre la melatonina
La Dra. Lauren E. Hartstein, psiquiatra de la Universidad de Arizona, señala que muchos estudios se realizaron en condiciones de laboratorio y con muestras pequeñas, lo que limita su aplicación a la vida cotidiana
Y la investigadora Mariana Figueiro (Icahn School of Medicine at Mount Sinai) añade: “aunque la exposición a la luz azul puede disminuir los niveles de melatonina, el uso de pantallas no siempre produce este efecto”
El uso pasivo de pantallas, como ver televisión o leer, depende del contenido.Interactividad: el verdadero disruptor del sueño
Más allá de la luz, el tipo de actividad realizada en el dispositivo parece tener un peso mayor. Actividades interactivas como videojuegos, redes sociales, compras online o apuestas estimulan el sistema de recompensa del cerebro, lo que dificulta “desenchufarse” justo antes de dormir
Daniel Buysse, psiquiatra y profesor en la Universidad de Pittsburgh. Hartstein también señala que tanto interacciones gratificantes, como comunicarse con amigos, como las que generan malestar, como leer noticias inquietantes, estimulan el cerebro y complican conciliar el sueño.
Por otro lado, el uso pasivo de pantallas, como ver televisión o leer, depende del contenido. Para quienes luchan contra pensamientos negativos, programas o lecturas relajantes pueden incluso favorecer el descanso, aconsejó Aric Prather, psicólogo de la Universidad de California, San Francisco.