Una de cal y una de arena para el mundo Colón. Por un lado, la noticia que se esperaba de un momento a otro en el mundo sabalero: la confirmación de Fifa de que el club está inhibido por la deuda que mantiene con Alberto Espínola, el defensor paraguayo. Por el otro, el esfuerzo económico en época de “vacas flacas” para que el plantel de reserva viaje en condiciones aceptables a jugar sus partidos por la Liga Profesional.
Respecto de la inhibición, es algo que se veía venir. Colón tuvo tiempo hasta el 17 de octubre para abonarle la deuda de 345.000 dólares y 12,8 millones de pesos a Espínola y no lo hizo. Como consecuencia de ello, la Fifa lo inhibió este martes. Ahora, Colón deberá procurar su levantamiento para poder incorporar refuerzos al plantel cuando se abra el libro de pases y, para ello, deberá llegar a un arreglo con el defensor guaraní, algo sobre lo que se está trabajando desde hace un tiempo, sobre todo para intentar el cobro de lo que adeuda Platense por Picco y lo que tiene que entrar todavía de la venta de Forneris a Racing.
Por su parte, el plantel de reserva de Colón finaliza su actuación en este año en el que pudo participar de la elite del fútbol argentino, junto a Ferro, para completar la cantidad de 32 equipos divididos en dos zonas de 16. Le queda el encuentro de este miércoles a las 15, en el predio de Aldosivi, ante el equipo marplatense para intentar mejorar la posición número 12 que ostenta en la zona A, producto, hasta el momento, de tres victorias, seis empates y seis derrotas, ubicándose a un punto de Estudiantes de La Plata y a cuatro de Argentinos Juniors, dos clubes con tradición en el trabajo de inferiores.
La historia sin fin. El paraguayo Alberto Espínola, observando un partido de Colón afuera de la cancha y lesionado. La deuda con él motivó que el club esté inhibido por Fifa. Crédito: Manuel FabatíaAlgo positivo dentro de la malaria
Más allá de la gestión – positiva y saludable – que se hizo por parte de la actual dirigencia presidida por Godano, para conseguir que Colón sea uno de los clubes que participe de un torneo en el que juegan todos los que militan en la máxima categoría, el desarrollo del torneo tuvo sus contratiempos, producto de algunos factores que vale la pena enumerar: 1) varios de los jugadores del plantel de reserva fueron utilizados en la primera debido a la mala actuación de los profesionales; 2) el técnico de la reserva, Martín Minella, fue elegido para hacerse cargo del equipo durante siete partidos ante el fracaso del proyecto original (Pereyra) y del correctivo (Yllana) que no pudieron recoger los resultados deseados.
Sin dudas que esta idea debe continuar y la dirigencia que se haga cargo a partir del 1 de diciembre lo debe tener como una de las prioridades, no solo para jugar el torneo de reserva con los mejores clubes de fútbol del país, sino para que las otras categorías tengan el mismo nivel de competencia.
Cuando esta comisión directiva se hizo cargo del club, se encontró con un predio en condiciones deplorables y en un estado de abandono, en buena parte de sus instalaciones, que resultan francamente inconcebibles.
Ningún club del fútbol argentino puede proyectarse hacia el futuro ni conseguir recursos deportivos y económicos si no piensa en un buen trabajo de inferiores y en el surgimiento de figuras que le den calidad futbolística al equipo y posibilidades económicas a la institución.
Martín Minella, el entrenador de la reserva sabalera, que volvió a competir este año en la elite del fútbol argentino. Crédito: Luis CetraroLa solución está abajo y algunos no lo ven
En Colón se acabó el proceso que se llevó adelante en la época de Rubén Rossi, que arrojó muy buenos resultados. Predio, pensión, cuerpo de entrenadores y preparadores físicos y captadores estuvieron a la altura de un proyecto que aspiraba a lograr el doble propósito de jerarquía futbolística y reservas económicas que la institución necesitaba, con el respaldo y convicción dirigencial.
Eso se terminó. O cuánto menos, el objetivo se desvió. El declive deportivo se hizo generalizado, porque no solamente fue el descenso de categoría, sino también la ausencia de futbolistas cotizados. La última venta importante fue la de Farías, por mucho menos del valor que se le había colocado como expectativa y que sirvió para saldar, en buena parte, aquella pésima decisión de traer a un jugador como Viatri como “salvación”. Ni siquiera el título de campeón sirvió para que los cimientos continúen fuertes y pudieran evitar los cimbronazos que se iban a presentar en el futuro cercano.
Cuando esta comisión directiva asumió la conducción del club, se encontró con una infraestructura deteriorada (el predio), una estructura frágil (la de divisiones inferiores), con muchas deudas para afrontar (55 juicios de acuerdo a lo declarado), sin el respaldo económico necesario (solamente algunas cuentas por cobrar por los porcentajes de algunos jugadores, caso Chancalay, o alguna venta, caso Pierotti) y sin plantel, porque casi la totalidad de los jugadores que descendieron se fueron de la institución y hubo que armar un plantel nuevo.
¿Gasto o inversión?
Colón, en reserva, juega su último partido ante Aldosivi en Mar del Plata y la dirigencia sabalera envió al plantel con más de un día de anticipación. Viajaron la noche del lunes, llegaron a Mar del Plata, se alojaron en un hotel ubicado enfrente del Complejo de Punta Mogotes (muy cerquita del predio de Aldosivi), se entrenaron este martes por la tarde, jugarán el miércoles y regresarán. ¿Costo total?, 2,5 millones de pesos.
¿Es plata?, según el cristal con el que se lo mire. Para una economía deteriorada, cada peso vale y el esfuerzo es grande. Se lo puede tomar como un gasto o como una inversión. Los que creen que es un gasto, se equivocan “de acá a la China”. Y Colón ya lo vivió en la anterior gestión, con planteles que viajaban la noche anterior, hacían tiempo en el colectivo, desayunaban y salían a la cancha a jugar. La falta de gestión para conseguir un lugar en el que puedan dormir la noche previa al partido, los llevaba a soportar un “escenario” que no es el adecuado para esos chicos que están a punto de subir a Primera y que son los que le darán respiro económico al club, como ya alguna vez pasó con Alario, Mugni, Conti, Prediger, Luque, Graciani, Meli y todos los etcétera que se le quiera agregar.