Madelón acomodó a Unión y baja la espuma de la sospecha
El cimbronazo pasó, Unión volvió a ser un equipo confiable y ganador pero el sábado jugará un partido en el que juegan otros factores, al menos en la previa.
Madelón acomodó a Unión y baja la espuma de la sospecha
Fue solo un partido, aquel ante Central Córdoba en Santiago del Estero y la prueba falló. ¿Fue el plan?, ¿fueron los intérpretes?, hoy eso ya no importa. Madelón quiso darle más juego interior al equipo, modificó el esquema, se paró con un 4-2-3-1, juntó mucha técnica para manejar la pelota y el equipo no anduvo. Hubieron rendimientos individuales bajos, poca llegada en el primer tiempo y problemas defensivos. La derrota fue incuestionable y Madelón decidió volver a las fuentes. Tuvo diez días para preparar el partido con Defensa y Justicia y fue todo distinto. Unión ganó, volvió a mostrar una imagen sólida y contundencia. Algo parecido ocurrió con Newell’s. Veinticinco minutos iniciales buenos, sacó la diferencia en el resultado y luego la aguantó bien, con orden, seguridad y una buena actuación de Tagliamonte.
Logrado el objetivo básico y prioritario de mantener la categoría, ahora Unión apunta a clasificar entre los ocho. Está perfilado, porque la diferencia de gol a favor es importante y suma “casi un punto más”. Debe conservarla. Y dar el último paso para ingresar por primera vez en un Reducido, algo que todavía no consiguió desde que los torneos se juegan con este formato.
Un equipo reencauzado por su entrenador
Madelón encontró el equipo y ya casi se recita de memoria. La defensa no sufre modificaciones, salvo la transición que se dio por la salida de Pardo y la aparición, primero, de Ludueña y luego de Maizon Rodríguez que se ganó la titularidad, justificando la fuerte inversión realizada (se pagó más por el uruguayo que lo que ingresó por la cláusula de salida de Pardo). En el medio, la dupla de mediocampistas centrales funciona de gran manera, en tanto que ha encontrado buenos rendimientos en los centrodelanteros. Primero fue con Tarragona (el “nuevo” en este Clausura), después con Estigarribia y ahora con Colazo. Y por las dudas, está Gamba, con características distintas y, en algún momento, disponible para pelear una titularidad, algo para lo que ahora quedó relegado.
Con Tarragona recuperado de la “paralítica” recibida en Rosario, no hay demasiado que investigar: Unión tendrá otra vez a los mismos que vienen repitiéndose en los últimos partidos. Julián Palacios recuperó el lugar como volante por derecha (Solari estaría para ser valorado en el próximo partido, ante Belgrano) y Palavecino, hoy, le está ganando el duelo a Fragapane para quedarse con el sector izquierdo. Arriba, es Tarragona-Colazo, con Estigarribia como primera alternativa de recambio y con distintas características: Tarragona más asociado al juego, Colazo con más sacrificio y Estigarribia aportando altura y presencia física para la lucha con los centrales rivales y el aporte de juego aéreo.
Una incidencia del partido que jugaron Unión y Barracas Central en cancha de Arsenal, en el Apertura pasado. Foto: Juan Foglia.
Dirigirá Herrera, un árbitro de experiencia y personalidad. Lamentablemente, el fútbol argentino está bajo el permanente manto de sospecha, sobre todo cuando se trata de un partido como el del sábado, con un Madelón que intenta bajar el nivel de ansiedades y “dramatismo” por el hecho de enfrentar a Barracas Central, el club del presidente.
La imparcialidad sin temores de la terna
Las especulaciones y los miedos tienen un principio y también un final. Unión tiene que salir a la cancha a jugar su partido sin dejarse llevar por estas cuestiones que desvían el foco y desconcentran. “Nosotros tenemos que jugar el partido como cuando fuimos a Córdoba a enfrentar a Instituto y ganamos 4 a 0. Haciendo lo que tenemos que hacer y sin dejar lugar a dudas”, confió un allegado al plantel.
Sabemos que es difícil, pero hay que jugar el partido sin pensar en que puede haber favoritismo o mano negra que perjudique. Así debe jugarlo Unión. Y es de esperar, eso sí, que la terna y el VAR estén a la altura, dirigiendo como debe ser: de manera imparcial y sin temores a cualquier “represalia” posterior. Será la única forma que se pueda hablar exclusivamente de fútbol, de merecimientos genuinos y no de otra cosa.