Peligroso socavón al norte de avenida Aristóbulo del Valle sobre el “zanjón de la muerte”
Es en el tramo no entubado, a donde un gran zanjón a cielo abierto divide ambas manos de circulación. Las cárcavas llegan hasta el la avenida y ya se desmoronó el guardarrail y un desagüe. “Esto es un peligro y nadie hace nada”, se quejan los vecinos de la zona.
Peligroso socavón al norte de avenida Aristóbulo del Valle sobre el “zanjón de la muerte”
Una serie de socavones de grandes dimensiones se formó en la banquina de la avenida Aristóbulo del Valle, en varios tramos, a la altura del 9200, en la intersección con La Esmeralda; en el tramo siguiente en la intersección con calle Lamothe; y a la altura del Callejón Roca, en el noreste de la ciudad de Santa Fe.
Se trata de desmoronamientos del suelo junto al gran zanjón a cielo abierto que separa ambas manos de circulación. Las cárcavas cada vez más pronunciadas provocaron que además se desmorone parte del guardarraíl de protección de la avenida y un caño de desagües pluviales. Con dicho guardarraíl lo que se intenta prevenir es que los vehículos caigan al zanjón.
En este tramo también se cayó un desagüe. Flavio Raina.
“Esto es un peligro y nadie hace nada, ni siquiera vinieron a verlo”, dijo Marcelo, un vecino de la zona. Todo el sector es muy transitado. Aristóbulo del Valle es una importante vía de comunicación del noreste de la ciudad que conecta a la capital con la localidad de Monte Vera.
Por allí circulan vehículos de carga, transporte público de pasajeros -urbano e interurbano- y autos particulares. Y no son pocos los vehículos que a lo largo del tiempo cayeron al zanjón, en algunos casos con consecuencias fatales.
Así está la banquina, al 9300. Flavio Raina.
El vecino que advirtió sobre el problema detalló más adelante que “el socavón se fue agrandando en los últimos tiempos” y agregó que “ahora comenzó a ceder el guardarrail, se está cayendo todo el tramo”.
Más adelante Marcelo dijo que los vecinos del norte de la ciudad se sienten “abandonados”, porque “nadie viene a ver cómo vivimos, acá no sólo se está desmoronando el suelo sino que el zanjón adentro está lleno de mugre y yuyos, hasta dos yacarecitos de unos 40 centímetros andan ahí adentro”.
El guardarraíl terminó en el zanjón. Flavio Raina.
La referencia a los yacaré tiene que ver con un hecho reiterado en la zona. Muy cerca de allí funcionaba un criadero de la especie, en dependencias de la ex Granja La Esmeralda, y en reiteradas oportunidades los vecinos advirtieron la presencia de estos animales -que presuntamente se escapaban de sus criaderos- en los zanjones del barrio.
A punto de caer al zanjón. Flavio Raina.
Crecimiento demográfico
En las últimas décadas los barrios Las Delicias, La Esmeralda y Altos del Valle -en la zona- crecieron de forma exponencial, por lo que muchos vecinos utilizan a diario la avenida Aristóbulo del Valle para circular. También lo hacen los vecinos de Ángel Gallardo, otra zona cuya demografía creció mucho en la última década, al ritmo de grandes loteos.
Inseguro. Así está el cruce de la avenida. Flavio Raina.
El Litoral puso el foco en dicho zanjón a cielo abierto en reiteradas oportunidades. Incluso los vecinos lo denominan “el zanjón de la muerte”. Así rezan los carteles pintados sobre los muros y en carteles. Cada tanto es noticia en El Litoral producto de los accidentes de tránsito con autos y camionetas que terminan en el interior del zanjón.
Sobre otro tramo más al sur de la avenida Aristóbulo del Valle la Municipalidad de Santa Fe lleva adelante una obra de remodelación del cantero central. Se trata del sector comprendido entre su intersección con avenida Gorriti -al norte- y su intersección con avenida Galicia -al sur-. Esta es una de las cinco obras del Acuerdo Capital que financia la Provincia en la Capital.
En cambio el tramo más al norte, a donde perdura el zanjón a cielo abierto, demanda otra obra de entubado que es millonaria y, hasta el momento, ninguna gestión municipal ni provincial en las últimas décadas la ejecutó. Mientras tanto los vecinos y quienes transitan a diario la zona siguen con la preocupación por la seguridad vial. Y el deterioro natural de la infraestructura urbana existente agrava la situación.