Dar todo sin esperar nada a cambio: cómo trabajan los bomberos voluntarios de la ciudad de Santa Fe

“¿Qué querés ser cuando seas grande?: Bombero”, es una de las respuestas más escuchada cuando se le pregunta a los niños, quienes ven la figura del bombero como un “superhéroe”. Empero son pocos los que tiempo después concretan ese sueño y se calzan las botas, se ponen el casco y la manguera al hombro para salir a combatir incendios y lo más importante, salvar vidas.

Este 2 de junio se conmemora en todo el país el Día Nacional del Bombero Voluntario. La fecha se eligió para conmemorar la hazaña de un grupo de vecinos del barrio porteño de La Boca. El 2 de junio de 1884 un voraz incendio se inició y amenazaba con propagarse hacia las casas familiares, sobre todo en el sector de conventillos. Por este motivo, Tomás Liberti, un vecino de la zona que había llegado a Argentina desde Italia, junto a su hijo Oreste organizaron una cadena humana para apagar las llamas. Este hecho fue la piedra fundacional para que aquel día se cree el primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios.

En la ciudad de Santa Fe también existen los bomberos voluntarios, en este caso en el barrio de Las Flores, donde unos 36 bomberos prestan servicio. El Litoral visitó el cuartel y dialogó con Alberto Costantini -50 años- (AC); Maxi Altamirano -27 años- (MA); y Nicolás Boutet -37 años- (NB) para conocer sus historias de vida vinculadas a esta noble vocación.

-¿Cómo llegaste a ser bombero?

-AC: Había terminado la escuela secundaria, estaba en búsqueda de trabajo y un amigo me pregunta “¿Te gustaría ser bombero?”, bueno hasta que consiga trabajo vamos a probar. Ingresé al cuartel, luego conseguí trabajo pero seguía viniendo, después tuve que dejar un tiempo prolongado, me fui a otros cuarteles y en el 2013 regresé al cuartel que me vio nacer. Realicé el curso nuevamente y hoy ocupo el cargo de jefe de la institución.

-MA: Siempre me gustó la acción social y buscaba ayudar a las personas que estén en situaciones de necesidad y de una manera más directa. Ingresé al cuartel en 2018 pero después por problemas laborales y familiares tuve que dejar y pude regresar en 2022.

-NB: Ingresé al cuartel en el 2022, tuve dos años de capacitación y llevo seis meses como bombero voluntario.

-¿Se nota la diferencia entre la parte teórica que aprenden y luego volcar todo en la acción?

-NB: Sí, de manual sabemos mucho pero la experiencia la adquirís cuando te toca estar en un incendio, cambia mucho el panorama. En estos meses no tengo muchas salidas a incendios, sí más acción social como las visitas a los colegios o quienes nos visitan en el cuartel.

-¿Hay algún caso en particular que te haya marcado?

-AC: Tengo muchas intervenciones y no todas son iguales. Algunas son más complicadas que otras, pero ninguna me marcó en particular, sí todas me dejan diferentes enseñanzas. Cada salida es un aprendizaje.

-MA: Lo que más me llama la atención es que las personas que no son bomberos, siempre están prestos a colaborar. Llegamos a un incendio y se acercan a preguntar si pueden ayudar en algo, si nos traen agua fresca, que para nosotros que nos den agua para tomar mientras estamos en un incendio es lo máximo.

-¿Cómo manejan la adrenalina de tener que apagar un incendio?

-NB: Uno confía en el conocimiento de uno y en la experiencia de quienes lo acompañan. Por ahí la desgracia de uno, es la gracia de nosotros de poder intervenir y salir. Se maneja la ansiedad, los nervios, todos los bomberos queremos salir.

-¿Qué significa para vos ser bombero?

-NB: Es el privilegio de ayudar a los demás, sin esperar nada a cambio.

Compartir conocimientos

-También comparten sus conocimientos en instituciones de la ciudad ¿De qué se trata?

-MA: Fomentamos que la sociedad conozca nuestro cuartel, que sepan que los bomberos voluntarios estamos presentes. Por medio de visitas a las escuelas les mostramos a los chicos de los niveles iniciales lo que hacemos, qué nos impulsó a ser bomberos, además buscamos que los chicos jueguen a ser bomberos y se incentiven.

A los que son más grandes ya se les dan clases de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y las precauciones necesarias para que frente a una situación extraordinaria puedan responder de una manera más confortable.

-¿Los vecinos reconocen su trabajo?

-AC: Siempre nos agradecen después de alguna intervención, sea por apagar un incendio, en el rescate de algún animal, vehicular.

-¿Cómo se financian?

-AC: Por medio de una Comisión Directiva que tiene un grupo de socios. Justamente estamos buscando hacer una campaña de socios para poder contar con más recursos. Desde Nación recibimos un subsidio que ahora no lo estamos cobrando y ese fondo se fracciona y va para mejorar infraestructura, equipo de protección personal, combustible y ropa del personal.

-¿Los jóvenes que quieran ser bomberos cómo pueden sumarse?

-AC: Justamente está abierta la inscripción a futuros postulantes. El sábado 8 y 22 de junio, a las 14 horas daremos las charlas. Los requisitos son tener entre 18 y 35 años; y tener el secundario completo.

Brigadista

Alberto Costantini, además de ser bombero voluntario es brigadista. “Dentro del cuartel tenemos seis brigadistas forestales y estuvimos trabajando en febrero en los incendios del Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de Chubut”, contó Costantini. En esta oportunidad participó en el área pre-hospitalaria para atender a los brigadistas que tuvieran alguna lesión mientras combatían el fuego.

“A mi me gusta la parte forestal. Acá estuvimos trabajando mucho con las quemas de pastizales en el delta del Paraná. En la zona de Colastiné, Alto Verde, La Guardia y fuimos hasta Rosario, Alvear y Pueblo Esther”, señaló el bombero.