Turquía en llamas: incendios forestales masivos y ola de calor
Una ola de calor sin precedentes ha desencadenado decenas de incendios en Turquía. Más de 50 000 evacuados y al menos 13 muertos, incluidos diez bomberos, según datos oficiales.
Turquía en llamas: incendios forestales masivos y ola de calor
Una ola de calor histórica ha azotado Turquía desde finales de junio, provocando temperaturas extremas por encima de los 40 °C, intensificando una ola de incendios forestales que ha afectado provincias clave del país. Las autoridades declararon áreas como Izmir y Bilecik como zonas de desastre, y movilizaron a decenas de miles de efectivos para contener los focos activos.
Desde fines de junio, el país ha experimentado temperaturas entre 5 y 10 °C por encima del promedio estacional, alcanzando máximos de hasta 46,1 °C en Antalya, la cifra más alta registrada en julio desde 1930.
El ambiente seco, la baja humedad y fuertes vientos han convertido los bosques y matorrales en combustible propicio para el fuego, propagando los incendios con rapidez.
Se reportaron al menos seis grandes incendios activos. Crédito: Reuters.
Incendios activos y zonas más afectadas
Entre el 24 y 25 de julio, se reportaron al menos seis grandes incendios activos en provincias como Escisehir, Afyonkarahisar, Bilecik, Sakarya, Karabük y Manisa.
Además, a finales de junio se había desatado una crisis severa en la provincia de Izmir, con más de 50 000 personas evacuadas, principalmente en distritos como Seferihisar, Menderes y Kuyucak.
El gobernador de Izmir declaró el distrito de Seferihisar como “zona de desastre que afecta la vida general”.
Hasta la fecha, se reportan al menos 13 muertes, incluyendo diez bomberos fallecidos en Escisehir, y otros 14 heridos en operaciones de rescate.
Solo en Izmir, se estiman más de 300 viviendas destruidas o gravemente dañadas, y se ha dispuesto alojamiento temporal para los desplazados.
Superficies equivalentes a decenas de miles de hectáreas han sido consumidas por las llamas.
Se estiman más de 300 viviendas destruidas o gravemente dañadas.
Movilización y respuesta de emergencia
Frente a la crisis, el gobierno desplegó 25.000 efectivos, 27 aviones, 105 helicópteros y vehículos terrestres, y se declaró el estado de emergencia para Izmir y Bilecik.
Las tareas implicaron descargas aéreas, camiones municipales, cañones de agua policial y ayuda de vecinos, lo cual fue catalogado de esfuerzo “sobrehumano” por parte del ministro de Agricultura y Silvicultura, Ibrahim Yumakli.
Este desastre en Turquía se desarrolla en el marco de una ola de calor que afecta a toda Europa meridional y los Balcanes. Países como Grecia, España, Italia y Portugal también emitieron alertas sanitarias por temperaturas superiores a los 40 °C.
En Grecia, las temperaturas máximas alcanzaron 43 °C, y el turismo y la vida diaria sufrieron el impacto, mientras que las condiciones secas y ventosas favorecieron nuevos incendios forestales en regiones costeras.
Los expertos vinculan esta espiral con el cambio climático: eventos meteorológicos extremos y largos periodos de sequía se hacen más frecuentes y más devastadores.
Las previsiones meteorológicas indican que las próximas jornadas serán críticas: calor extremo y fuertes vientos continuarán alimentando los focos y podrían desatar nuevas propagaciones.
Expertos advierten sobre la necesidad de reforzar la vigilancia de incendios, implementar estrategias de mitigación y acelerar políticas de adaptación al cambio climático.
Mientras tanto, muchas comunidades afectadas enfrentan la reconstrucción, evaluación de pérdidas y planes de retorno seguro con apoyo estatal y organizaciones humanitarias.