Más allá de su desempeño en el desacostumbrado rol de estar al frente del Servicio Penitenciario, y de los cambios de fondo que impulsó desde ese lugar (clave en la poítica de Seguridad del gobierno provincial), la convencional Lucía Masneri también se destaca por una afición que cultiva desde hace años: el origami. La técnica japonesa de plegado de papel para la confección de figuras ocupa un lugar tan importante para la funcionaria, que en su momento incluso la llevó a participar como voluntaria del programa Mil Grullas por la Paz.

































