A pocos días del esperado regreso de Bandana a los escenarios, el grupo volvió a quedar envuelto en rumores de interna. Todo comenzó con una postal: una cena entre Valeria Gastaldi, Virginia Da Cunha y Lowrdez Fernández sin la presencia de Lissa Vera, que alimentó las versiones de un cortocircuito entre las integrantes del histórico conjunto pop.
La situación se tensó aún más cuando trascendió que la banda había bajado a último momento una entrevista pactada con Ángel de Brito en LAM. En redes sociales, muchos señalaron a Lissa como la responsable de la cancelación, lo que reforzó la idea de un conflicto puertas adentro y de una supuesta negativa de la cantante a compartir pantalla con sus excompañeras.
Frente a ese escenario, Vera decidió salir a hablar y desactivar la bola de nieve mediática. Desde Buenos Aires, aclaró que no existe una pelea con las Bandana y que cualquier malentendido tuvo más que ver con cuestiones de agenda y salud que con una guerra de egos o viejas rencillas. “No estamos peleadas”, fue el mensaje que bajó, en línea con la intención de preservar el reencuentro arriba del escenario.
La salud de Lissa se convirtió en otro eje de la discusión. Según se supo, la cantante atraviesa consecuencias físicas derivadas del estrés que vivió tras denunciar a Leandro García Goméz, ex pareja de Lowrdez, lo que habría incidido en su decisión de no exponerse en ciertos formatos televisivos. Ella misma hizo alusión a ese cuadro, señalando que prioriza cuidarse y llegar bien al show anunciado para el 23 de noviembre en el evento L.A.T.M. +35, donde Bandana será una de las atracciones principales.
Al mismo tiempo, Vera buscó poner el foco en el trabajo artístico más que en los chimentos. Resaltó que, más allá de las idas y vueltas que cualquier grupo atraviesa, el objetivo compartido sigue siendo reencontrarse con el público que las acompañó desde los tiempos de Popstars, cuando Bandana irrumpió como fenómeno masivo y marcó a una generación de fans.
En paralelo, las otras integrantes también hicieron su juego en redes y en declaraciones públicas, algunas veces dejando entrever “entredichos” y diferencias, otras mostrando complicidad y ganas de cantar juntas otra vez. Ese vaivén contribuyó a que las especulaciones crecieran, pero Lissa insistió en que esas tensiones no deberían empañar la expectativa por el show y el recorrido compartido del grupo.
Mientras tanto, Lissa Vera eligió despejar fantasmas, bajar el tono del conflicto y prometer que, si de ella depende, el foco volverá a estar en las canciones.