Aumentan los casos de diabetes en jóvenes en Argentina
Especialistas llaman la atención sobre un crecimiento detectado de la enfermedad en población joven, alertan sobre la necesidad de diagnóstico temprano y presentan una nueva campaña nacional que busca fomentar hábitos saludables, controles regulares y acceso a tratamiento.
Aumentan los casos de diabetes en jóvenes en Argentina
Expertos advierten que en los últimos años los diagnósticos de diabetes crecieron entre jóvenes, lo que disparó señales de alerta en el sistema sanitario. Es por eso que se puso en marcha una campaña de concientización destinada a sensibilizar sobre la importancia de prevenir, detectar y tratar la diabetes cuanto antes.
Un aumento que preocupa
La iniciativa —presentada recientemente por profesionales del Hospital Británico y medios nacionales— apunta al aumento de casos de diabetes entre adolescentes y adultos jóvenes.
Según datos citados de la International Diabetes Federation (IDF), en 2024 alrededor de 9,2 millones de personas en la región conviven con la enfermedad; de ellas, 1,8 millones son menores de 20 años.
En 2022, se reportaron más de 201.000 casos nuevos en ese grupo etario en la región.
Aunque la diabetes no es una amenaza nueva, su aparición creciente en edades más jóvenes plantea desafíos.
Si bien en ese informe no hay cifras completas y confiables para la Argentina que permitan cuantificar con precisión la magnitud del fenómeno, los médicos advierten que la tendencia se replica en el país.
La diabetes puede surgir de distintos mecanismos: la carencia o mal uso de insulina (como en la forma autoinmune) o por resistencia a su acción —muy relacionada con factores de riesgo como sobrepeso, sedentarismo, mala alimentación y antecedentes familiares—.
Entre los síntomas a tener en cuenta están: sed y hambre excesiva, aumento en la frecuencia de orina, pérdida de peso, fatiga, visión borrosa, infecciones frecuentes o heridas que tardan en sanar.
Frente a esa realidad, los especialistas señalaron que es clave acompañar el diagnóstico con un abordaje integral que combine tratamiento médico, cambios en el estilo de vida y soporte psicológico y social.
En 2022, se reportaron más de 201.000 casos nuevos en ese grupo etario en la región.
Objetivos y recomendaciones
Ante este contexto, el Hospital Británico promovió una campaña bajo el lema Diabetes y bienestar, con foco en tres dimensiones: bienestar físico, social y mental.
El planteo incluye una mirada integral: no sólo controlar la glucemia, sino también garantizar acompañamiento, derribar estigmas y promover la inclusión en entornos educativos y laborales.
Dentro del tratamiento y cuidado, los pilares fundamentales siguen siendo tres:
suministro de insulina en quienes la requieren;
adopción de un estilo de vida saludable con alimentación equilibrada y actividad física regular;
monitoreo continuo de los niveles de glucosa, con controles médicos periódicos.
Además, la campaña propone generar conciencia sobre la necesidad de chequeos tempranos, especialmente en quienes presentan factores de riesgo: sobrepeso, sedentarismo, o antecedentes familiares.
En ese sentido, varios organismos sanitarios provinciales ya comenzaron a ofrecer controles gratuitos —incluyendo glucemia, presión arterial y evaluación nutricional—, con charlas informativas orientadas a la prevención.
Desde el punto de vista sanitario, la detección temprana no solo ayuda a prevenir complicaciones graves, como enfermedades cardiovasculares, daño renal, neuropatías o problemas visuales, sino que también puede modificar el curso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Aunque la diabetes no es una amenaza nueva, su aparición creciente en edades más jóvenes plantea desafíos. Por un lado, la detección puede demorarse: muchas personas desconocen que ya conviven con la enfermedad. En algunas provincias, se estima que cerca del 50 % de los casos podría no estar diagnosticado.
Otro obstáculo es mantener los hábitos saludables: la vida moderna, con dietas altas en ultraprocesados, sedentarismo y estrés, favorece factores de riesgo.
Además, el estigma social: en entornos escolares o laborales, jóvenes con diabetes muchas veces enfrentan prejuicios, lo que puede dificultar su adherencia al tratamiento o su participación plena.
También hay barreras estructurales: acceso desigual a controles médicos, estudios, tecnología para monitoreo —especialmente en zonas rurales o con limitaciones de cobertura sanitaria—, lo que puede dificultar el manejo adecuado de la enfermedad.
Para mejorar ese escenario, especialistas coinciden en la necesidad de políticas públicas integrales: promover educación sanitaria desde edades tempranas, facilitar el acceso a controles y medicamentos, fomentar entornos saludables y garantizar acompañamiento médico y psíquico.
Que la diabetes aumente entre jóvenes no es una cuestión menor. Una persona diagnosticada en adolescencia o adultez temprana tiene por delante muchos años de seguimiento, tratamientos y cuidados.
Si el diagnóstico y el control se postergan, aumentan las posibilidades de complicaciones crónicas —cardíacas, renales, oftalmológicas u otras— y las cargas físicas, económicas y emocionales sobre quienes conviven con la enfermedad.
Además, una detección temprana brinda la posibilidad de intervenir con cambios en el estilo de vida: dieta equilibrada, ejercicio físico, seguimiento médico.
Intervenciones que pueden revertir o ralentizar el avance, especialmente en los casos de diabetes tipo 2. En ese sentido, la campaña “Diabetes y bienestar” apunta justamente a sensibilizar sobre esos beneficios y a promover un enfoque humano e integral.
Para quienes ya viven con diabetes, la propuesta incluye no sólo tratamiento médico, sino también apoyo emocional, educación sobre la enfermedad y promoción de redes de contención social, para romper el aislamiento y los prejuicios que con frecuencia enfrentan.