Hablar dormido: por qué ocurre, qué riesgos tiene y cómo mejorar el descanso
La somniloquia, conocida como hablar dormido, es más común de lo que pensamos y aunque suele ser inofensiva, puede generar molestias en la pareja y asociarse a otros problemas del sueño. Conocé sus posibles causas, consecuencias y qué hábitos ayudan a reducir los episodios.
Hablar dormido: por qué ocurre, qué riesgos tiene y cómo mejorar el descanso
Hablar dormido es una de las parasomnias más habituales, aunque sigue rodeada de interrogantes. Según la Fundación del Sueño de Estados Unidos, este fenómeno puede presentarse como diálogos completos, frases sueltas, murmullos o incluso palabras incomprensibles que la persona no recuerda al despertar.
Los estudios indican que hasta dos tercios de la población experimentó al menos un episodio en su vida. Sin embargo, solo un 17% lo reporta en los últimos tres meses. Es más frecuente en la infancia y adolescencia, y tiende a disminuir con la edad. Curiosamente, afecta por igual a hombres y mujeres, pero son los familiares o parejas quienes suelen notarlo.
Aunque la mayor parte de las veces no representa un problema grave, la somniloquia llama la atención por la falta de claridad sobre sus causas. No se sabe con certeza por qué ocurre, pero sí se la vincula con factores genéticos, episodios de estrés, trastornos de salud mental e incluso con otras parasomnias como el sonambulismo o el bruxismo.
La mayor parte de las veces no representa un problema grave
Causas, riesgos y cómo influye en la pareja
Los expertos señalan que el hablar dormido puede tener un componente hereditario: en estudios con gemelos, la coincidencia con sonambulismo o pesadillas fue mayor que en la población general. También se observa con más frecuencia en personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) o altos niveles de ansiedad.
En la mayoría de los casos, hablar dormido no es peligroso. No interrumpe significativamente el descanso ni requiere tratamiento médico. Sin embargo, puede generar incomodidades: desde discusiones por el contenido de lo que se dice hasta noches interrumpidas para la pareja o el compañero de cuarto.
Es más frecuente en la infancia y adolescencia
Algunas expresiones grabadas en estudios resultaron ser negativas o exclamativas, lo que sugiere que la mente podría estar procesando conflictos internos durante el sueño. Si bien no hay evidencia de que estas frases reflejen literalmente lo que la persona piensa, escuchar algo incómodo o molesto puede afectar la dinámica de pareja.
Para quienes conviven con alguien que habla dormido, existen estrategias simples que ayudan a minimizar la molestia: usar tapones para los oídos, incorporar máquinas de ruido blanco o, en casos extremos, dormir en habitaciones separadas.
Aunque no existe un tratamiento específico para la somniloquia, los especialistas recomiendan mejorar la higiene del sueño. Estos hábitos pueden ayudar a reducir los episodios y favorecer un descanso más reparador:
Mantener horarios regulares, incluso los fines de semana.
Evitar la cafeína, alcohol o estimulantes a última hora del día.
Apagar pantallas al menos media hora antes de dormir.
Crear un entorno tranquilo, oscuro y silencioso para descansar.
Exponerse a la luz natural y realizar actividad física durante el día.
Si hablar dormido se presenta junto con otros síntomas —como somnolencia diurna excesiva, pesadillas recurrentes o pausas respiratorias durante la noche— es importante consultar a un especialista. Podría tratarse de un trastorno del sueño más complejo, como la apnea.