Leo Madelón y un cambio que es el primero en saber que debe hacerlo
Sacó dos puntos de los últimos nueve y se dio en el marco de un bajón evidente en el rendimiento del equipo. Apenas lo supera Boca, por diferencia de goles luego del 5 a 0 a Newell’s.
Leo Madelón y un cambio que es el primero en saber que debe hacerlo
Los resultados lo favorecieron, porque Unión, más allá de haber sacado 2 puntos en los últimos 9 que disputó, sigue estando arriba y solo despojado del primer puesto porque Boca – al marcarle cinco goles a Newell’s – lo sacó de esa posición. Eso y haber mantenido una ventaja de 11 puntos (con 15 en juego) con el último de la tabla anual, son los aspectos positivos luego de una jornada en la que Unión dejó escapar una oportunidad que se presentaba beneficiosa por el rival al que enfrentaba.
No fue casualidad lo que le pasó a Unión. El equipo no venía jugando bien y le habían “tomado el tiempo”. Madelón también lo advertía y algo de esto dejó deslizar luego del partido con Banfield, cuando dejó picando abiertamente la posibilidad de cambios. No lo hizo. Mantuvo el mismo equipo y el mismo planteo. Solamente cambió a un jugador (Estigarribia) de esa base titular que estuvo repitiendo como muy pocos lo hace en este fútbol de hoy en día.
Ya aquella famosa frase del Coco Basile (“Me gusta cuando un equipo se recita de memoria”) no existe más. Los técnicos cambian. Y Madelón llegaba a este partido con un antecedente y un “palmarés” que no justificaba demasiados retoques: ¡7 partidos sin perder!
La decisiónde "meter mano" en el equipo
El sabía que algo debía hacer – y por eso lo dijo post Banfield – pero también sabía que no tenía demasiados motivos para meter mano de manera contundente, porque el equipo estaba bajando su rendimiento pero conseguía resultados, por más que los últimos dos (Independiente Rivadavia y Banfield) habían sido sendos empates.
Es tan cierto que Unión perdió bien con Aldosivi, como que el partido pudo tener otro desenlace si se acertaba en la definición. Con Banfield, Unión había creado una sola (la de Palavecino) y Banfield también tuvo aquella en el final que salvó Tagliamonte.
El final de un partido para el olvido, ante Aldosivi. Foto: Manuel Fabatía
El viernes, el remate de Mauro Pittón en el travesaño y la increíble jugada en la que Tarragona remata por encima del travesaño desde adentro del área chica, pudieron cambiar la historia del partido y del resultado. Pero no fueron goles y Aldosivi aprovechó las situaciones que creó, valiéndose también de un trabajo defensivo de Unión que tuvo fallas, sobre todo en las pelota quieta.
Hay algo que se debe rescatar y es el valor de esta campaña. Unión lo fue a buscar a Madelón por dos motivos: 1) se venían las elecciones y Spahn necesitaba alguien que le dé fortaleza; 2) la posición de Unión era realmente incómoda en la tabla anual luego del muy malo primer semestre y había que traer a alguien con espalda ancha y acostumbrado a pelear en estas lides del descenso. Y vino Madelón.
A la luz de aquel primer gran objetivo, la elección fue la correcta. Luego, el devenir del torneo y el hecho de haber encontrado un equipo y un funcionamiento, hizo que Unión empezar a transitar por posiciones que, a priori y antes de arrancar este Clausura, nadie creía que podía llegar a ocupar.
“Quizás alcanzamos picos que no nos pertenecen”, dijo Madelón luego del partido del viernes, dejando notar que, posiblemente, Unión no tenga lo suficiente para estar tan arriba. Pero viendo a Riestra y a Barracas Central (más allá de las evidentes “ayudas” que recibe), nada puede sorprender en este fútbol argentino.
Obrar sobre un diagnóstico correcto
Unión jugó un mal partido con Aldosivi y así lo reconoció Madelón en medio de su fastidio en la conferencia de prensa. “Jugamos como el traste”, dijo. Reconocer que el equipo bajó su rendimiento es el mejor diagnóstico para encontrar soluciones. El sistema no estaría en discusión, porque es el que a Madelón le gusta y al que el equipo mejor se adapta. Quizás pase por variantes en el funcionamiento y también de hombres. Hay jugadores que están bajos y no es casualidad que Palacios y Fragapane salgan reiteradamente del equipo.
“Una vez que decido sacar a un jugador, lo saco. Y no voy a ir a buscarlo al partido siguiente ni tampoco le voy a dar un solo partido al que ponga en su lugar”, dijo Madelón. De alguna manera justifica la permanencia de los que vienen jugando. Y en este sentido, nadie debe sentir la falta de respaldo del entrenador.
Algún retoque se viene y no es para alarmarse. El funcionamiento está y los jugadores tienen en claro a qué se juega. Hay que “tocarlo” para que vuelva a su nivel. El rendimiento colectivo depende del rendimiento individual. Y si hay jugadores que están por debajo de lo que venían dando, hay que buscar una alternativa que permita recuperar la respuesta colectiva.