Santa Fe extiende la temporada de playas con 9 espacios para disfrutar

Desde este viernes 7 de noviembre, Santa Fe volverá a volcarse al río. Con la llegada de los primeros calores, la Municipalidad anunció la extensión de la temporada de verano hasta el 31 de marzo de 2026, y con ello la apertura de nueve espacios públicos que, entre playas, parques y solariums, pretenden ser el refugio de santafesinos y turistas durante los próximos meses.

La Costanera —esa cinta de historia y arena que une el Puente Colgante con el Monumento a Artigas— volverá a ser el escenario principal del verano santafesino. Los espigones 1 y 2, Playa Grande, Playa Sur, el Paseo de la Laguna y la Playa de los Alisos estarán habilitados como solariums, mientras que la Playa Este será la única zona de baño seguro.

A ellos se suman los natatorios de los parques del Sur y Juan de Garay, que reabrirán sus piletones entre juegos, sombra y la promesa de agua fresca.

Los nueve espacios estarán abiertos todos los días, de 10 a 20 horas, con guardavidas, limpieza permanente y presencia policial.

“Queríamos adelantar lo antes posible la temporada, en una ciudad en la que el calor se adelanta y ya el fin de semana pasado la gente se había volcado a las playas”, dijo el intendente, Juan Pablo Poletti, durante una recorrida realizada este jueves por la mañana en la zona del Espigón I, a donde la novedad son las duchas instaladas y quinchos sobre el solarium.

“La idea es que el santafesino valore todo esto y lo cuide”, indicó el mandatario local. “Y la gente del noroeste podrá tomarse el colectivo 22 y venir a esta playa, ya que lo dejará en la puerta”. Finalmente pidió “que vivamos un verano en paz”.

La ciudad se prepara para el calor

Durante los últimos meses, cuadrillas municipales trabajaron para dejar todo a punto. Desde la Secretaría de Gestión Urbana y Ambiente se desplegó un operativo de mantenimiento que incluyó movimiento de arena, despeje de vegetación, repintado de veredas y reparación de luminarias. Las tareas se extendieron por todo el corredor costero: desde el Puente Colgante hasta el extremo norte, donde la gruta de la Virgen del Cerro despide la Costanera.

En el Espigón 1, por ejemplo, se colocaron veinte sombrillas de mimbre, confeccionadas por la cooperativa La Roseña, se instalaron cuatro módulos de duchas, mobiliario deportivo y se trazaron canchas para fútbol y vóley. En paralelo, se repintaron los muros entre el Faro y el Puente, se arreglaron grietas y se devolvió el brillo a las letras corpóreas que, en el horizonte de la laguna, recuerdan el nombre de la ciudad.

En los parques también hubo movimiento. En el Sur, el municipio descargó 1.380 toneladas de arena para renovar los piletones y las playas del lago, donde se sumaron bebederos, baños y luminarias. En el Juan de Garay, en tanto, se reacondicionaron los sanitarios, se instalaron baños químicos y se pintaron los bordes de los piletones, con ese aroma a pintura fresca que anuncia temporada nueva.

-¿Habrá sanitarios suficientes y en condiciones?

-En el Espigón I recuperamos los sanitarios existentes y están en muy buenas condiciones -dijo el secretario de Ambiente, Guillermo Ferrero-. En el Espigón II hay una consesión y también están en muy buenas condiciones, al igual que en el resto de las playas, a donde están a cargo de los paradores y emprendedores. Y en el Parque del Sur y Garay agregamos baños químicos para atender la demanda.

Seguridad, limpieza y ciudad viva

El operativo de verano incluirá patrullaje de agentes de la GSI y la policía provincial en cuatriciclo por playas y parques, además de cuadrillas que se ocuparán de la higiene diaria en toda la franja ribereña. Los guardavidas —capacitaciones mediante— estarán comunicados directamente con el 911, no solo para atender emergencias sino también para resolver los pequeños conflictos que suelen despertar los días de calor.

En cada rincón donde haya agua, sol y sombra, la Municipalidad quiere tener presencia.

Una tradición que vuelve con fuerza

La relación de Santa Fe con sus costas es tan antigua como la propia ciudad. Ya a principios del siglo XX, la Rambla López —inaugurada en 1919 sobre la laguna Setúbal— era punto de encuentro de familias y clubes náuticos. Por aquellos años, las mujeres llegaban con sombrillas de encaje y los hombres lucían trajes de baño de lana. En 1942 se construyó el balneario municipal del Parque Sur, que recibió a sus primeros bañistas pocos años después, inaugurando una tradición que se repite cada verano: la del agua como alivio, el río como paisaje, el encuentro como costumbre.

Hoy, más de un siglo después, Santa Fe sigue volviendo al mismo lugar. A la orilla. A ese borde donde la ciudad respira distinto y el horizonte se abre sobre la Setúbal.

Un verano largo

“En la Costanera Este habrá servicio de alquiler de kayaks y tablas de SUP para alquilar y poder remar el río. Todo estará a cargo de los paradores de la playa, que tienen la concesión”, indicó Rosario Aleman, secretaria de Producción y Empleo municipal. “Todos los deportes acuáticos están regulados por la Prefectura (Naval Argentina), así que ya nos reunimos con ellos para ajustar las tareas y controles”.

Respecto del volumen de la música que se pone en los paradores de playa, Aleman dijo que controlarán “el cumplimiento de la normativa vigente. Pueden poner música hasta las 0 horas y deben cerrar a las 2 de la madrugada, con música amplificada los fines de semana, según indica la ordenanza municipal. Años anteriores hemos logrado una sana convivencia con los vecinos y lograr que se realicen los sunset, que los santafesinos adoptaron y disfrutan, como ocurre en otros destinos turísticos”.

Además, la funcionaria dijo que se podrán realizar eventos excepcionales “hasta las 4 de la madrugada, con permiso previo y control del sonido, para que no perjudique la convivencia”.

La propuesta municipal no solo busca extender la temporada: apuesta también a recuperar el valor de los espacios públicos y reactivar el turismo local. Con playas cuidadas, parques en condiciones, servicios garantizados y un sistema de seguridad coordinado, la ciudad se prepara para un verano más largo, más limpio y más suyo.

Porque en Santa Fe —cuando el sol empieza a quemar y el viento del río levanta la arena— el verano no es una estación: es una manera de habitar la ciudad.