Rubén Rossi y Martín Perezlindo son los dos campeones del mundo en juveniles que salieron de las entrañas de Colón y Unión. Rossi fue campeón en un equipo inolvidable, el de 1979 que tenía a César Luis Menotti en la dirección técnica y a Diego Armando Maradona como figura rutilante. Un equipazo que la gente no olvida. Y que aún hoy, a 46 años de aquel logro, se lo recita de memoria.
El Galgo, con Scaloni y Placente
Martín Perezlindo fue campeón mundial en Malasia, en lo que se constituyó en la segunda conquista de José Néstor Pekerman (el primero fue en Qatar), quien había presentado un proyecto en la Afa, fue elegido y a partir de allí comenzó la era más importante de la historia del fútbol argentino en juveniles, con decenas de grandes figuras surgidas en aquel entonces y la obtención de cinco títulos mundiales (tres con él, uno con Francisco Ferraro, que fue elegido por Pekerman y otro con Hugo Tocalli, el colaborador más estrecho de José).
Martín Perezlindo grita su gol ante Brasil, en Malasia, mientras recibe el saludo de Pablo Aimar.Diego Placente, precisamente, es un producto futbolístico surgido de aquellas juveniles, como también lo es Lionel Scaloni, el técnico más ganador de la historia del fútbol argentino y compañero, ambos, precisamente, de Martín Perezlindo en aquel inolvidable equipo de 1997.
Hace un tiempo, La Nación publicó lo siguiente: “… Cuentan que la personalidad de Scaloni fue fundamental para llevarlo al Mundial. Su histrionismo, excentricidad, alegría, trabajo en equipo y sentido de pertenencia resultaron clave en su elección, algo que Claudio Tapia no dejó de pasar desapercibido al nombrarlo técnico de la mayor. Entendió que llegar último no lo marginaba de ser titular como terminó sucediendo y, tal vez, por estos días las decisiones que toma lo rememoran a aquellos tiempos. Por aquel entonces ni Aimar ni Samuel ni Placente formaban parte de su grupo más cercano, ya que prefería juntarse con Diego Quintana (compañero de las inferiores de Newell’s y de paddle cuando era furor en los 90) y Martín Perezlindo manteniendo sus raíces santafesinas como nexo, o bien con Leandro Cufré, Romero y Romeo a quienes conocía por su presente platense como jugador de Estudiantes”.
Aquellos sueños acunados en Barranquitas
El gesto paternal de César Luis Menotti hacia José Luis Lanao, mientras Rubén Rossi mira a su amigo y entrenador y Calderón disfruta de ese momento.Rubén Rossi forjó sus sueños en la canchita del puente, en Barranquitas. Cuenta la historia que Ernesto Duchini fue a ver un partido de reserva entre Newell’s y Colón. Trajo las referencias de Juan Simón, pero le dijo a Menotti: “Traelo al flaco rubio que juega de segundo central en Colón, te va a encantar”.
Y así fue. Con ellos armó la defensa de un equipo que se recitaba de memoria: Sergio García; Carabelli, Simón, Rossi y Hugo Alves; Barbas, Rinaldi y Maradona; Escudero, Ramón Díaz y Calderón. Un equipazo. Nos levantábamos a las 4 de la mañana para verlo jugar en Japón.
Martín Perezlindo con la camiseta de Unión. Surgido de las inferiores, fue campeón mundial juvenil en Malasia 1997.Martín Perezlindo era un recambio permanente en los segundos tiempos para José Pekerman, algo parecido a lo que antes y después hacía Trullet. El “Galgo” era rapidísimo y cuando entraba hacía estragos con defensores ya cansados que no podían pararlo.
En esa final ante Uruguay, jugaron Leonardo Franco; Juan Serrizuela, Leandro Cufré, Walter Samuel y Diego Placente; Lionel Scaloni (reemplazado por Pablo Rodríguez), Fabián Cubero, Esteban Cambiasso y Juan Román Riquelme; Diego Quintana (luego Pablo Aimar) y Bernardo Romeo (reemplazado a 13 del final por Martín Perezlindo).
En el banco, al lado de José Pekerman, quedaron Cristian Muñoz, Diego Markic, Nicolás Diez y Sebastián Romero. De ese plantel salieron Scaloni, Samuel y Aimar (cuerpo técnico campeón del mundo en Qatar) y Diego Placente, el DT que nos dio la gloria de juveniles otra vez, en Chile.