Dónde ya es Año Nuevo 2026: los primeros países en festejarlo
Desde el Pacífico hasta las Américas, los distintos husos horarios marcaron el inicio de 2026 con festejos, tradiciones y escenas únicas en cada continente. El pequeño país insular de Kiribati fue el primero en dar la bienvenida al nuevo año en el planeta.
Dónde ya es Año Nuevo 2026: los primeros países en festejarlo
Mientras la mayoría de los países aún contaban las últimas horas del 31 de diciembre de 2025, una región remota del océano Pacífico inauguró oficialmente el Año Nuevo 2026. Kiribati, un archipiélago con poco más de 100.000 habitantes, se destacó este año por ser el primer país habitado en recibir 2026, gracias a su ubicación en el huso horario UTC+14, el más adelantado del planeta.
Kiribati: el primer en llegar al 2026
La isla de Kiritimati —también conocida como Isla de Navidad— y otras del grupo de las Islas de la Línea marcaron el inicio del año en la madrugada del 1 de enero de 2026, mientras en muchos países aún era la mañana del 31 de diciembre.
Este lugar del Pacífico celebra primero cada ciclo anual debido a una decisión adoptada por el propio país hace décadas, que modificó su huso horario para unificar sus territorios en el mismo día calendario.
A diferencia de las grandes metrópolis que suelen ser centro de espectáculos, las celebraciones en Kiribati suelen ser más simples: la llegada del nuevo año se comparte con reuniones familiares, servicios religiosos y pequeños actos festivos en comunidades que, aunque remotas, sienten con intensidad el inicio de un nuevo ciclo.
Sidney se autoproclamó como "la capital mundial del Año Nuevo"
Detrás de Kiribati, otros países de Oceanía como Samoa, Tonga, las Islas Chatham de Nueva Zelanda, Fiyi y partes de Australia también recibieron el 2026 en las primeras horas del calendario global, transformando esta vasta región en la punta de lanza de las celebraciones mundiales.
Festejos globales
El avance del nuevo año desde el Pacífico continuó recorriendo el planeta de este a oeste en un fenómeno temporal marcado por la rotación de la Tierra y los husos horarios. Cada región vivió la llegada del 2026 con sus propias tradiciones y costumbres.
En Asia, países como Japón, China y Corea del Sur comenzaron sus festejos con rituales que mezclan modernidad y costumbres milenarias, desde espectáculos de luces hasta ceremonias en templos para atraer buena fortuna para los próximos 12 meses.
Australia se destaca por ser uno de los primeros países en iniciar el Año nuevo
Europa y África: campanadas y festejos tradicionales
Cuando el reloj marcó las 00:00 en ciudades europeas como Londres, París y Madrid, millones de personas salieron a las plazas y calles para recibir el año al ritmo de campanadas, fuegos artificiales y festejos multitudinarios.
En muchas capitales africanas, la llegada de 2026 también estuvo acompañada de música, celebraciones comunitarias y eventos culturales que reflejan la diversidad del continente.
Las Américas: del último confeti a la primera bebida del año
En contraste con Oceanía y Asia, las Américas esperaron más tiempo para unirse oficialmente al cambio de año. En países como Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos, la celebración transcurrió hasta bien entrada la madrugada del 1 de enero de 2026.
En ciudades como Nueva York, la emblemática caída de la bola en Times Square volvió a ser centro de atención global para millones de espectadores.
La diferencia horaria entre los extremos del planeta provocó que, mientras algunos ya disfrutaban de la llegada del nuevo año, otros todavía se preparaban para el tradicional brindis de medianoche, las doce uvas o los fuegos artificiales.
Este desfase aproximado de hasta 24 horas es la razón por la cual el Año Nuevo se vive de forma escalonada en todo el mundo.
Además de los espectáculos pirotécnicos y la música, la llegada de cada año trae consigo rituales únicos según la región. En algunas culturas de Sudamérica, la costumbre de comer doce uvas al compás de las doce campanadas simboliza la buena suerte para los meses venideros.
En otras partes del mundo, se intercambian abrazos y deseos de paz, prosperidad y salud, valores universales que trascienden fronteras.
La celebración del año nuevo es también una ocasión de reflexión y esperanza: un momento en el que millones de personas alrededor del mundo se reúnen con familiares y seres queridos para dejar atrás lo que pasó y mirar hacia adelante con renovadas expectativas.
Aunque cada país tenga su propia forma de festejar, el espíritu de unidad y renovación es un denominador común que conecta a la humanidad más allá de las diferencias culturales o geográficas.