"Gente en el tiempo" (1937), de Massimo Bontempelli (1878-1960), condensa de manera ejemplar la poética que el autor llamó "realismo mágico", entendida como la irrupción de lo insólito en lo cotidiano sin quebrar la lógica de los hechos narrados. La trama sigue a la familia Garbini, marcada por un destino extraño: cada generación vive fenómenos temporales que alteran su relación con el mundo.
Así, los personajes -padre, madre, hijos, nietos- aparecen menos como individuos psicológicos que como figuras sometidas a fuerzas que gobiernan el tiempo y la memoria. La novela no progresa según un esquema clásico, sino mediante episodios donde lo habitual se interrumpe con leves desviaciones que, sin ser abiertamente fantásticas, modifican la percepción del lector.
Tapa de la obra de Bontempelli, sobre la familia Garbini y su extraño destino. En su seno, cada generación vive fenómenos temporales que alteran su relación con el mundo.En relación con "Vita e morte di Adria e dei suoi figli" (1919) y "La scacchiera davanti allo specchio" (1922), "Gente en el tiempo" marca un punto de madurez: si aquellas novelas exploraban ya el extrañamiento y la alegoría, aquí la estrategia se vuelve más sobria y depurada.
La prosa, clara y precisa, evita adornos; la narración avanza con ritmo casi clínico que acentúa el desconcierto ante lo extraordinario. En obras posteriores, Bontempelli alternó entre ensayo y ficción fantástica, pero esta novela articula mejor su programa de un realismo renovado, abierto a lo mágico sin recurrir a lo sobrenatural.
Las afinidades son múltiples. Luigi Pirandello es un antecedente inevitable por su exploración de la identidad, aunque Bontempelli se centra más en la temporalidad.
Más tarde, Juan Rodolfo Wilcock radicalizaría el impulso fantástico con un estilo delirante, mientras Italo Calvino heredaría su capacidad de transfigurar lo ordinario en fábula moderna, incorporando un lirismo cósmico ausente en su predecesor.
La comparación con Giovanni Papini tampoco es casual: ambos compartieron un impulso vanguardista y una voluntad de cuestionar el realismo, aunque Papini lo hizo desde el ensayo y Bontempelli desde la narración.
El estilo de "Gente en el tiempo" combina una economía formal modernista con la apertura experimental de la vanguardia, sin abandonar la nitidez expresiva que caracteriza a Bontempelli.
La novela anticipa lo que más tarde se conocería como realismo mágico latinoamericano, aunque en una versión contenida y conceptual: un verdadero "proto realismo mágico". Su potencia reside en la tensión entre el rigor y el misterio, entre la lógica del relato y la irrupción de lo inexplicable.
Traducida por primera vez en los años cincuenta por la editorial Sur -en versión de Lido Monti-, la presente edición de Acantilado, a cargo de Andrés Barba, restituye plenamente su lugar como uno de los hitos discretos de la modernidad narrativa italiana.
+ INFO
"Gente en el tiempo", obra de Massimo Bontempelli, publicada por Acantilado, España. Año 2025 (192 páginas)
La edición "Poesía reunida" reúne los cuatro libros de versos que Teresa Wilms Montt (1893-1921) publicó entre 1917 y 1919: "Inquietudes sentimentales", "Los tres cantos", "En la quietud del mármol" y "Anuarí".
María Teresa de las Mercedes Wilms Montt, también conocida como Teresa Willms Montt.Se trata de un volumen breve que devuelve a circulación una voz marginal dentro de la poesía chilena de comienzos del siglo XX, situada entre el modernismo tardío y los primeros gestos de la vanguardia.
Teresa Wilms Montt pertenece a una generación de tránsito. Su escritura aparece antes de que Vicente Huidobro formule su programa creacionista y cuando Gabriela Mistral empieza a consolidar un tono pedagógico y sobrio que pronto se volvería hegemónico.
Su vida breve y agitada -el encierro en un convento, la fuga, el exilio, el suicidio- se confunde con su obra, que parece escrita a contraluz de esos episodios.
Su poesía, con rasgos que evocan el romanticismo en la intensidad emocional y el desgarro, se sostiene en la exposición del yo y en una búsqueda mística del dolor y la belleza, con pasajes que muestran un tono que oscila entre la plegaria y el arrebato.
Excesos: emotividad sin freno que a veces desemboca en retórica, cierta irregularidad técnica y dependencia de lo biográfico que limita la lectura puramente literaria.
Durante décadas se la juzgó por su belleza física, eclipsando su poesía, cuando lo importante son sus versos; al fin y al cabo, la belleza y los estilos son supersticiones epocales, como muestran las modas literarias y la historia de la crítica.
Aunque durante mucho tiempo se la leyó poco, el interés reciente por su obra es innegable, evidenciando una relectura contemporánea que rescata su voz más allá del mito biográfico. Su tono confesional no encajó ni con el experimentalismo vanguardista de Huidobro ni con la disciplina formal de Mistral, pero hoy su singularidad se reconoce con claridad.
Leerla implica enfrentarse a una escritura que, desde el desamparo, podría convertir la vulnerabilidad en revelación y el exceso en un acto de resistencia poética. La edición, además, incluye aclaradoras notas al pie que enriquecen la lectura y contextualizan la obra.
(*) Detalles de la obra "Poesía reunida", de Teresa Wilms Montt, publicada por Aquimia Ediciones. Santiago de Chile, año 2016 (96 páginas)