Kunz admitió que volvería a atacar, pero luego se desdijo
Así lo recordó el psicólogo que lo evaluó. Dos profesionales de la salud mental declararon este jueves y aseguraron que el acusado comprende la criminalidad de sus acciones.
Kunz admitió que volvería a atacar, pero luego se desdijo
“Le consultamos, si pudiese volver el tiempo atrás, si volvería a hacer lo que hizo. Dijo que sí, y automáticamente se corrigió para decir que no”, indicó el psicólogo que entrevistó a Martín Kunz en el marco de la investigación por el ataque a un grupo de cadetes del Liceo Militar General Belgrano de Santa Fe y el crimen del chofer Rubén “Bigote” Walesberg.
Este jueves el tribunal integrado por los jueces Pablo Ruiz Staiger, Lisandro Aguirre y Celeste Minniti escuchó las declaraciones de dos profesionales de la salud mental que entrevistaron a Kunz. De sus análisis surgieron datos reveladores sobre el estado psíquico del acusado y el ataque ocurrido el 19 de agosto de 2022.
Kunz, un exliceísta de 22 años, es enjuiciado por haber asesinado al chofer e intentado matar a cuatro cadetes, y por haber privado de la libertad a siete, manteniéndolos dentro de la combi mientras obligaba a uno de ellos a conducir por la Ruta Provincial N°1.
El debate se acerca a su final. Foto: Flavio Raina
El acusado se enfrenta al pedido de condena a prisión perpetua efectuado por los fiscales Ana Laura Gioria y Estanislao Giavedoni, así como por los querellantes Daniel Recaman -por la familia Walesberg- y Néstor y Mariana Oroño -por los cadetes-. La defensora pública Virginia Balanda aspira a conseguir la absolución, o una pena reducida.
Su objetivo: los cadetes
El primero en acudir a la Sala 6 de los tribunales fue el psicólogo Matías Tabini, quien realizó varias intervenciones en el proceso judicial. Se reunió con siete cadetes en San Javier el día después del ataque, realizó cuatro entrevistas en cámara Gesell y junto a un colega evaluó a Kunz.
El profesional recordó que el exliceísta “comprendía de qué se lo acusaba” y le contó “que había matado una persona, que no sabía quién era ni cómo se llamaba, pero que lo había apuñalado porque estropeaba su camino ya que él quería atacar a las personas que iban en la trafic”.
Esto, en principio, complicaría a la defensa de Kunz porque avala la teoría fiscal de que se trató de un “homicidio criminis causa”, es decir, que el crimen se perpetró para facilitar la comisión de otro delito. Esa figura legal es la que prevé la aplicación de la prisión perpetua.
El psicólogo se refirió a cómo Kunz describió a los cadetes: “Dijo que eran personas que no valían la pena, que eran inmorales, que tenían dinero. A esto último lo utilizó como un insulto”. El imputado “comprendía perfectamente de qué se lo acusaba”.
Perfil psicológico
La psicóloga Alejandra Reynoso, que colabora con el Ministerio Público de la Acusación (MPA), declaró que fue la encargada de entrevistar a Kunz momentos después de su detención, el día del hecho, en una comisaría de San José del Rincón.
Kunz fue aprehendido a bordo de la trafic, sobre la RP1.
Recordó que cuando lo trasladaron hasta la sala en la que ella se encontraba “se lo veía exaltado, eufórico, levemente. Se le notaba en el rostro, tenía la cara como desencajada”. Al comenzar, lo notó con una conducta “manipuladora, que tiene que ver con el intento de controlar todos los aspectos de la situación”.
Su discurso era “organizado y coherente”, pero “en el contenido de los pensamientos se observó una alteración, aparece una ideación delirante de tipo reivindicativa y una certeza delirante”, enfatizó la psicóloga. Explicó que las ideas reivindicativas aparecen cuando la persona cree que padeció un daño y a raíz de esto surgen conductas para “reparar” el perjuicio sufrido.
“San” Martín
Reynoso analizó las conductas de Kunz teniendo en cuenta los datos que él mismo le aportó durante la entrevista. “Él tenía 19 años, había cumplido años dos días antes, el 17 de agosto. En esa fecha murió el General San Martín, un prócer que luchó por la libertad de nuestro país, y por quien Martín Kunz recibe su nombre”.
Desde pequeño se le inculcó el respeto por la patria, por los próceres, lo que hizo que él quisiera ingresar al Liceo Militar. “Se adaptó muy bien a la institución porque él pertenecía a lo que llamaba ‘los inferiores’” y consideraba que a medida que pasaba de año ascendía a una posición “superior”.
“Ahí es donde se empieza a situar esta ideación delirante y la idea de perjuicio. Cuando comenzó a avanzar en los grados, él notó que el ordenamiento del liceo estaba roto, que al ir ascendiendo debería haber adquirido un estatus y un poder que no tenía”, remarcó la psicóloga.
Esto lo llevó a tener problemas con sus compañeros, sobre todo con los más chicos, quienes para él no se comportaban con el respeto debido. “Incluso me contó que presentó una nota pidiendo que restablezcan el sistema de castigos que tenían antes y que ya no se implementaba”, agregó.
El excadete se refirió a la muerte del chofer como un daño colateral. Crédito: Luis Cetraro
Por todo esto, la profesional advirtió que su “hipótesis es que se trata de una psicosis paranoica con un núcleo delirante, el cual surge en la adolescencia”, pero esto no quiere decir que Kunz no comprendiera lo que estaba haciendo ni estuviera imposibilitado de diferenciar el bien del mal. “Comprende la criminalidad de sus acciones, y el proceso que afronta”, concluyó la psicóloga.
El juicio continúa en la etapa de declaración de testigos. Está previsto que la sentencia se dé a conocer a finales de agosto.