B° El Pozo: reclaman por el mal estado de calle Greca y el colectivo dejó de pasar
Se trata de una de las arterias principales del barrio FoNaVi en el que viven más de 10 mil vecinos. La reparación del pavimento de hormigón que fue abierto para renovar cañerías cedió y provocó grandes baches. Los vecinos deben caminar varias cuadras para tomar el colectivo.
B° El Pozo: reclaman por el mal estado de calle Greca y el colectivo dejó de pasar
La calle Alejandro Greca supo es una columna vertebral del barrio El Pozo. Por allí circulan los colectivos que entran y salen del barrio y ordenan la rutina diaria de cientos de vecinos. Hoy, ese trayecto está roto. Literalmente. Y el colectivo dejó de pasar.
Guillermo Di Salvatore.
El pavimento de hormigón muestra grietas abiertas, baches y hundimientos que se extienden por el centro de la calzada, justo en sectores donde tiempo atrás se abrió la calle para realizar obras de cañerías. El deterioro avanzó con el paso de los meses y volvió intransitable la arteria para los vehículos de gran porte, como los colectivos y camiones. Como consecuencia, las líneas 2 y 9 dejaron de circular por Greca y desviaron su trayecto por las calles periféricas.
El impacto en el barrio es inmediato y cotidiano. Los vecinos deben caminar varias cuadras para poder tomar el colectivo, una dificultad que se agrava por la noche. A la incomodidad se suma el miedo. La sensación de quedar más expuestos hacen que el regreso a casa sea una preocupación constante.
“De mal en peor”
Griselda, jubilada y vecina histórica de El Pozo, viene siguiendo el tema desde hace tiempo. Dice que la situación de Greca fue “de mal en peor” y que el barrio paga las consecuencias. “Esta es la calle por donde pasan todos los colectivos, el que va y el que vuelve del barrio. Pasan las dos líneas, la 2 y la 9”, explicó. Hoy, ese recorrido quedó suspendido “por esos baches, por esos hundimientos que no sé cómo se generaron”.
Ahora el colectivo rodea el barrio y no ingresa. Guillermo Di Salvatore.
“Mucha gente necesita que retome el circuito normal por calle Alejandro Greca, porque vecinos de las torres linderas toman los coches ahí -relató la vecina-. Sino, tienen que caminar varias cuadras más”.
Intransitable
El tramo más afectado se encuentra a la altura de la intersección con Busaniche, frente a la seccional policial y el dispensario del barrio. Allí, donde antes el tránsito era constante, la calle quedó prácticamente intransitable. Los colectivos ya no pasan y los vehículos pesados avanzan con dificultad, provocando ruidos y vibraciones que se sienten dentro de las casas.
Carlos Tardivo vive en esa cuadra, frente a la comisaría. Cuenta que el estruendo de los camiones al atravesar los pozos se volvió insoportable. “Me tuve que mudar a la habitación del fondo”, relató. También recordó que personal de Aguas Santafesinas intervino en varias oportunidades. “La última vez marcaron los baches con aerosol y prometieron que iban a volver a arreglarlos. Pero no volvieron más”, dijo. “Los vecinos tiramos escombro en el pozo, pero se sigue hundiendo”.
Guillermo Di Salvatore.
La situación no es nueva. Ya en mayo de 2025, desbordes cloacales habían anegado la calle Greca y obligado a desviar los colectivos, generando serios inconvenientes, sobre todo para personas mayores. Ahora el problema persiste y se profundiza con los baches.
El Litoral consultó al Municipio y a la prestataria de servicios, Aguas Provinciales (ASSA). Desde el gobierno de la ciudad indicaron que coordinarán con ASSA y se ocuparán del tema para brindar la solución que los vecinos reclaman.
Todo el barrio El Pozo se formó mediante un refulado de arena en la zona de bañados, por lo que el suelo suele ceder y tener hundimientos.
Guillermo Di Salvatore.
Por otra parte, en la actualidad ASSA está realizando renovaciones de las cañerías de cloacas en un pasaje que comunica las manzanas 7 y 8, en adyacencias de calle Greca.
En El Pozo, la calle Alejandro Greca dejó de ser solo una vía de circulación. Se convirtió en el símbolo de un reclamo que se repite: recuperar una arteria clave para el transporte, la seguridad y la vida cotidiana del barrio. Mientras tanto, los vecinos siguen caminando más, expuestos a los robos, esperando una respuesta. En el pozo.