El intenso temporal que azotó la ciudad de Santa Fe durante la madrugada de este martes produjo serios inconvenientes en distintas zonas, con principal foco en barrio Barranquitas, ubicado en el oeste de la capital provincial. En dicho sector el agua de lluvia acumulada inundó las viviendas en medio de la noche. Los vecinos desesperados intentaron salvar sus pertenencias como pudieron. Y este martes por la mañana continuaban limpiando sus hogares y tratando de quitar el barro impregnado en paredes y muebles.
Flavio Raina.
“Hace 45 años que vivo acá, tuve que abandonar mi casa cansado de que se inunde”, se quejó el vecino Sergio Literio, parado en la esquina de su casa, en Perú y Brasil, de barrio “Unión, Progreso y Libertad de Barranquitas”. “Se me pudrieron todas las cosas, es una tapera hoy mi casa”, se lamentó. “Ahora me mudé sobre calle Córdoba porque me inundaba siempre. Mi casa es ésta (la señaló) y acá en la esquina viven mis suegros, por eso vine ahora a ver cómo están, y a ver mi casa toda inundada”.
“Nunca vino nadie a solucionar este problema”, dijo Literio. “Dicen que todo el agua del este de la ciudad baja acá. Anoche prendieron la casabomba tarde, a las 6 de la madrugada, y entonces el agua comenzó a bajar, pero ya era tarde, estaba todo inundado”.
Flavio Raina.
Mientras el vecino relataba su drama, sus vecinos y vecinas trataban de escurrir el barro que había quedado impregnado en el frente de las viviendas y en las veredas, al igual que sobre la calle. La escena transportaba a los transeúntes a aquellos recuerdos del 2003, cuando ese y otros barrios quedaron totalmente bajo el agua. Por eso la angustia que vuelve con cada inundación menor como la de esta madrugada.
“Mirá, vení, pasá”, dijo el propietario de un taller mecánico de la esquina de Bolivia y Brasil. Al ingresar todo era barro: herramientas, los autos particulares en reparación, las maquinarias, computadoras. Todo. “Es un desastre esto. ¿Qué hago yo ahora? ¿Qué le digo a mis clientes?”.
Flavio Raina.
En la vereda de enfrente una familia aplicaba agua con una hidrolavadora. “Vengan, pasen”, también invitaban. Adentro la vivienda estaba sobreelevada. Así y todo se inundó. Muebles, heladera, cocina, todo lleno de barro. “Un desastre”, dijo el vecino.
El drama afectó a toda la zona de barrio Barranquitas, al este y al oeste de la avenida Presidente Perón, que separa a las jurisdicciones vecinales “Unión, Progreso y Libertad de Barranquitas”, “Pro Mejoras Barranquitas” y “Barranquitas Oeste”.
Flavio Raina.
“Hasta ahora acá no vino nadie, ningún funcionario, nos dejaron solos”, dijo Rubén, otro vecino que reclamaba la presencia de las autoridades y una ayuda para limpiar las viviendas.
-¿A qué hora se dio cuenta de que el agua estaba ingresando en su vivienda? -preguntó El Litoral a Silvia, otra vecina de calle Brasil entre Perú y Bolivia, quien además tiene junto a su familia un galpón enfrente y también se le inundó.
Flavio Raina.
-A las 5 de la madrugada todos los vecinos estábamos despiertos tratando de salvar las cosas, porque se había inundado todo y encima había rayos y no teníamos luz. A mi hijo se le quemó el televisor. Nos asomábamos a la calle y veíamos pasar la mugre por la calle sobre el agua que corría: ramas, muebles, basura, de todo.
Las viviendas son todas elevadas en la zona y la marca del agua en los frentes de las viviendas daban cuenta de que había ascendido más de un metro. “Yo que estoy altísima tuve al menos 20 centímetros adentro de mi casa, fijate. Y a otras casas que están más bajas que la mía el agua les llegó a la cama”, dijo Silvia.
Flavio Raina.
Los autos que habían sido estacionados sobre las calles de la zona quedaron casi totalmente bajo el agua. “Algunos vecinos que ya saben cómo es la cosa cuando llueve alcanzaron sacarlos antes de que se inunde todo”, dijo Silvia, “porque era un río, el agua tapó la vereda”.
“Ya las casas no son las mismas después de tanta agua, de tantas lluvias que nos inundaron”, se Lamentó Rocío, otra vecina que estaba meta pasar el escurridor sobre las baldosas de su vereda para escurrir el barro y las hojas pegoteadas. “Vos no podés contra la naturaleza pero sí podés hacer las obras necesarias para que no ocurra esto”.
La acumulación de agua con cada lluvia intensa se genera en toda esta zona de Barranquitas hasta aproximadamente la altura de calle Pedro Zenteno. “Toda la desgracia la sufrimos nosotros”, dijo Silvia.
El agua de lluvia se acumuló en el barrio Barranquitas porque no funcionaron correctamente las bombas extractoras que vuelcan los excedentes pluviales desde los reservorios del oeste hacia el río Salado. “Hay muchos sectores de la ciudad adonde ha habido problemas”, reconoció Luis Cabal, director de Gestión de Riesgo del Municipio, durante una rueda de prensa ofrecida a primera hora de la mañana en el Palacio Municipal. “Sobre todo en la zona de barrio Barranquitas, adonde más se demoró el agua en escurrir y tuvimos viviendas con un poco de agua en su interior, porque fue una grave tormenta eléctrica”, dijo.
Flavio Raina.
Por otra parte, el funcionario mencionó que la tormenta provocó la “falta de suministro eléctrico en muchas zonas de la ciudad”, con lo cual “no funcionaban algunas bombas” que extraen el agua de lluvia que llega a los reservorios del oeste por los desagües pluviales. Esto ocurrió en la Casabomba N°4 “donde no funcionaron las electrobombas”, entonces “se demoró la salida del agua de todo Barranquitas, hasta que tuvimos el caudal suficiente para encender las motobombas”, justificó.
“Imagínense que una motobomba extrae la misma cantidad de agua que cinco electrobombas”, explicó Cabal. Esto “hace que necesitemos bastante caudal de agua para poder encenderlas”, argumentó. “Recién pasadas las 6 de la mañana volvió el suministro eléctrico, así que a esa hora se encendieron las electrobombas y se reactivó todo el sistema de bombeo”.
Cabe señalar que en algunas zonas de la ciudad cayeron más de 100 milímetros de lluvia en un período de tiempo muy corto, lo que dificulta el drenaje natural de los excedentes pluviales.
Flavio Raina.
-¿Los operarios de las casabombas estaban en sus puestos de trabajo?
-Se los llama cuando se los necesita. Cuando sabemos que va a haber tormenta se los cita. Hoy el paro de colectivos nos dificultó y tuvimos que buscar al personal por sus viviendas -dijo Cabal-. También nos costó juntar las 18 cuadrillas que tenemos en la mañana en las calles. Y seguimos buscando más gente. Los barrenderos están limpiando los desagües. Gracias a Dios tenemos en la ciudad muchos árboles que sirven de retardadores pluviales, pero estamos en otoño y hay muchas hojas en las calles.
-¿Esperaban una tormenta de estas características?
-No, no se esperaba una tormenta de estas características, ni se esperaba ninguna acumulación de milímetros como ésta -respondió el responsable de Gestión de Riesgo municipal.
-¿El Servicio Meteorológico Nacional no alertó sobre esta tormenta?
-No hubo alerta del SMN. Por lo que nosotros pudimos ver en el satélite que tienen ellos la tormenta no se pudo ver, se desarrolló acá arriba (sobre Santa Fe).
-¿No funciona el radar del INTA de Paraná, que sirve de alerta para Santa Fe y la región?
-No. Al no estar ese radar, nos manejamos con el satélite, que no tiene la misma precisión. Ese radar nos significa muchísimo a la ciudad, la verdad que lo necesitamos. Tiene defectos técnicos y falta de mantenimiento. No se lo atiende rápidamente, como si no se viera la importancia real que tiene para una ciudad como la nuestra. No le prestan la importancia que tiene.