Con Francisco Cáffaro, Juan Pablo Vaulet y Máximo Bressan suspendidos por FIBA tras los incidentes ante República Dominicana, Pablo Prigioni tuvo que arreglárselas con una rotación aún más corta. Eso obligó a que el santafesino Juan Francisco Fernández cargara casi en soledad con el juego interior, y no defraudó. Desde el arranque fue dominante, con 12 puntos en el primer cuarto y una efectividad letal desde el perímetro.
Argentina empezó firme, con un parcial de 7-0 y dominio en los tiros de tres, pero la reacción colombiana llegó rápido. El equipo cafetero ajustó en defensa, presionó a Corbalán y encontró en Braian Angola, ex-NBA, a su motor ofensivo. El segundo cuarto fue todo de los de Guillermo Moreno Díaz: parcial de 13-0 y ventaja mínima al entretiempo (41-40).
El santafesino fue el líder argentino en todos los sentidos. Foto: ReutersEl show de Fernández y la mano de Brussino
El tercer cuarto fue desprolijo y parejo, con ambos equipos dependiendo de sus figuras: Fernández por Argentina y Angola por Colombia. Pero el último tramo del partido fue un manojo de nervios. Argentina desperdició ventajas, Colombia lo dio vuelta en el cierre y el pasaje a cuartos se definió en la última bola.
Con el reloj en cero, una falta de Brussino a Angola parecía condenar al equipo argentino. Sin embargo, la revisión determinó que el contacto había sido previo y la pelota terminó en manos albicelestes. Fue la jugada que selló la clasificación con el 84-83 final.
La mano de Brussino hizo acordar a la palomita de Manu. Foto: ReutersNúmeros de una noche inolvidable
El santafesino Juan “Kit Kat” Fernández terminó con 36 puntos (máxima en la Selección) y 16 rebotes, en una actuación histórica. Corbalán sumó 20 unidades y se consolidó como pieza regular del equipo. Del otro lado, Angola lideró a Colombia con 22 tantos y 10 asistencias.
Argentina avanzó a los cuartos de final de la Americup 2025 y volverá a jugar el jueves en Managua, con rival y horario a confirmar. El triunfo dejó dudas en el juego colectivo, pero la jerarquía individual de Fernández y la regularidad de Corbalán le dieron vida al equipo de Prigioni, que ahora deberá mejorar para soñar con el podio.
El resumen