Dos meses después del accidente que cambió su vida, María Julia Oliván emocionó a sus seguidores con un video que retrata uno de los momentos más esperados: su regreso a la bipedestación.
A dos meses del grave accidente doméstico que la dejó con el 25 % del cuerpo con quemaduras, la periodista compartió un video que muestra su primer paso tras semanas de recuperación.

Dos meses después del accidente que cambió su vida, María Julia Oliván emocionó a sus seguidores con un video que retrata uno de los momentos más esperados: su regreso a la bipedestación.
“Un día volví a caminar”, escribió la periodista junto a las imágenes que la muestran poniéndose de pie, visiblemente emocionada, con ayuda del equipo médico del Hospital Alemán, donde permanece internada desde mediados de junio.
El video publicado este sábado generó una ola de mensajes de aliento y admiración. Con el rostro conmovido y la voz entrecortada, Oliván relató la sensación de volver a sentir el peso de su cuerpo sobre sus piernas después de semanas en cama.
El 15 de junio, María Julia sufrió un accidente doméstico mientras intentaba encender una chimenea a etanol en su hogar. Una reacción inesperada provocó que su ropa se incendiara, causándole quemaduras graves en distintas partes del cuerpo. Fue trasladada de urgencia al Hospital Alemán, donde ingresó directamente en terapia intensiva.
En los días posteriores, se supo que había sufrido quemaduras en el 25 % de su cuerpo, incluyendo piernas, brazos y parte del abdomen. La gravedad del cuadro requirió múltiples intervenciones quirúrgicas, injertos de piel y una larga estadía hospitalaria, primero en cuidados intensivos y luego en terapia intermedia.
Durante las últimas semanas, Oliván fue compartiendo el proceso de recuperación en sus redes sociales. Mostró imágenes impactantes de sus heridas, vendajes y momentos de angustia, pero también expresó su gratitud por estar viva y por el acompañamiento recibido.
“Mis manos son lo más sano que tengo”, escribió en una de sus publicaciones, donde se la podía ver con el cuerpo cubierto de gasas y quemaduras visibles.
También compartió reflexiones profundas sobre el dolor físico, la dependencia y el aprendizaje emocional que este proceso le ha generado. “Cuando estás inmóvil, necesitás que te ayuden para todo. Es muy duro no poder hacer lo básico por vos misma”, confesó.
Uno de los pilares fundamentales en la recuperación de la periodista ha sido su entorno cercano. Su pareja, Ariel, y su hijo Antonio —quien tiene diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista— estuvieron presentes de forma constante. María Julia expresó que su mayor motivación para sanar era poder volver a abrazar a su hijo y cuidarlo como siempre.
En julio, Oliván publicó un texto contundente en el que agradecía a quienes la acompañaron y señalaba con dolor la ausencia de otros: “En los peores momentos te das cuenta quién está y quién no. No todos resisten el dolor ajeno”. También agradeció al personal del hospital por su profesionalismo y contención, destacando el trato humano y empático recibido durante su internación.
En el video que compartió recientemente, se la puede ver en una sala del hospital, sostenida por personal médico, dando sus primeros pasos con evidente esfuerzo. “Sentí como toda la sangre se volvió hacia su peso de gravedad”, relató, describiendo la sensación física de volver a caminar luego de semanas sin poder moverse.
El momento, más allá de lo clínico, tiene un fuerte valor simbólico. Representa el inicio de una nueva etapa: la rehabilitación activa, la recuperación de la autonomía y la esperanza de volver a su vida cotidiana. Las redes sociales se inundaron de mensajes de apoyo, admiración y afecto.
Oliván, de 48 años, supo convertir una experiencia traumática en una plataforma de conciencia, honestidad y superación. A lo largo de este proceso no solo compartió imágenes duras de su cuerpo herido, sino también pensamientos profundos sobre la fragilidad, la dependencia, la soledad y el amor.
Aunque el camino de recuperación aún continúa —con rehabilitación física, posibles nuevas cirugías y cuidados especiales—, el testimonio de María Julia se vuelve ejemplo para muchos. Su valentía al mostrar la verdad sin filtros y su fuerza para seguir adelante se transformaron en un símbolo de resiliencia.




