Una mujer identificada como Camila Soledad González perdió la vida el viernes 10 de octubre tras caer desde un sexto piso en un edificio de la calle San Martín al 300, en el barrio Camba Cuá de Corrientes capital.
Una joven de 29 años falleció tras precipitarse desde un sexto piso de un edificio en Corrientes capital. La Justicia imputó por homicidio agravado con violencia de género a su ex pareja, un médico de 50 años, tras constatarse indicios de violencia y mensajes que podrían dar cuenta del vínculo conflictivo.

Una mujer identificada como Camila Soledad González perdió la vida el viernes 10 de octubre tras caer desde un sexto piso en un edificio de la calle San Martín al 300, en el barrio Camba Cuá de Corrientes capital.
Desde un primer momento los investigadores evaluaron distintas posibles causas —accidente, suicidio u homicidio—, pero la hipótesis de femicidio tomó fuerza luego de que se reunieran pruebas, testimonios y comunicaciones que podrían indicar violencia de género en la relación que mantenía con su ex pareja.
A continuación, se desarrolla la cronología y las evidencias principales que motivaron la imputación en contra de un médico que fuera pareja de la víctima.
Desde el inicio de la investigación la Fiscalía de Investigaciones N° 1, a cargo de la fiscal Lucrecia Troia, ordenó medidas urgentes: recolección de teléfonos celulares, pericias en el inmueble y declaraciones de personas cercanas. El acusado, un médico de 50 años identificado como L. L. C., fue detenido en el lugar de los hechos y permanece bajo custodia.
Entre los elementos recabados, los mensajes hallados en el celular de Camila revelan un vínculo marcado por celos, control y manipulación.
En comunicaciones con amigas, la víctima describió una convivencia donde “la casa estaba llena de cámaras”, donde “me controlaba todo el tiempo” y donde la relación “se volvió súper tóxica”.
La investigación también incorporó testimonios clave: una amiga cercana de Camila expuso ante la justicia detalles del vínculo conflictivo, contextualizando la relación con episodios de violencia psicológica.
Su actual pareja, con quien Camila había iniciado un nuevo vínculo tras separarse del médico, también brindó declaración y sumó elementos de contexto.
Los planificados encuentros sociales y personales de Camila para esa jornada —como llevar a su hijo al entrenamiento y encontrarse con amigas— debilitan, según la Fiscalía, la teoría de que se trató de un suicidio.
Además, se evalúa la posibilidad de que el hijo de la víctima —un niño de 10 años— haya estado presente en el momento de la caída, por lo que podría ser sometido a Cámara Gesell, aunque se busca evitar su revictimización.
La autopsia será decisiva para determinar si hubo defensa física (marcas compatibles con forcejeo) o indicios de agresión previa, así como para descartar otras hipótesis.
La acusación presentada formalmente eleva el caso a homicidio agravado por mediar violencia de género, un delito que en la legislación argentina contempla penas más severas cuando se acredita que la víctima fue atacada por su condición de mujer.
La fiscal Troia solicitó la prisión preventiva del imputado, argumento que ya fue aceptado y ratificado judicialmente. En su exposición ante medios, la funcionaria subrayó que las pruebas reunidas —testimonios, pericias, comunicaciones— fortalecen la hipótesis de que la caída no fue un accidente ni un acto voluntario.
El vínculo entre Camila y L. L. C. habría sido de larga data, y con rupturas intermitentes. A raíz de su separación, la víctima entabló una nueva relación, hecho que podría haber exacerbado los conflictos.
Un día antes del desenlace fatal, el médico —según consta en la investigación— se presentó en el departamento de Camila mientras ella cenaba con su nueva pareja. Esto derivó en una fuerte discusión. Luego volvió esa misma noche.
El hecho ocurrió el viernes, en una jornada en la que Camila había cumplido con una rutina cotidiana: llevar al hijo al entrenamiento, tener planes sociales por la tarde.
Que esos planes estuvieran previstos y registrados en su teléfono socava la posibilidad de que estuviera en un estado que le permitiera pensar en quitarse la vida, según criterios de la Fiscalía.
Desde el punto de vista judicial, además de la autopsia, se esperan los resultados de pericias de celulares, análisis de cámaras del edificio y de la zona, reconstrucción de la escena y los informes forenses que podrían aportar indicios de agresión.
A esos se suman los testimonios de familiares, amigas y personas del círculo íntimo que describen una relación caracterizada por el control permanente.
Por su parte, el acusado declaró en sede judicial, aunque los detalles de su versión no han sido difundidos. Su defensa podrá aportar elementos propios en el proceso. Hasta ese momento, el caso continuará bajo instrucción penal.




