Lo puso de marcador central e incluso de volante por izquierda, siendo que su posición natural era la de "5". "Con Miguel ibas a la guerra", dijo este sancarlino que lo recuerda con gran afecto y agradecimiento.
Era volante central, pero Miguel Ángel Russo confió en él y lo puso como marcador central y también lo hizo jugar como volante por izquierda. Gonzalo Favre, aquel sancarlino de buena presencia y con mucho futuro, ya llevaba un tiempo en el plantel profesional pero sin firmar contrato. Cuando tenía 15 años, Nelson Chabay lo subió al plantel superior en el año del ascenso. "Nelson, mirá que este pibe tiene 15 años", le dijeron a Chabay cuando lo veía en las juveniles y lo tenía apuntado. "Y a mí que me importa, lo subo igual", contestó el "Buche" cuando Gonzalo era el "Cachorrito" y luego se convirtió en el "Cachorro", como se lo apodaba en el ambiente del fútbol. Pero luego, unos años más tarde, Russo se la jugó con él y lo puso en un equipo que tenía grandes figuras.
-No tenía contrato y no era fácil ser jugador del club y tener la chance de jugar. Y menos en esas condiciones. Mi primera situación puntual fue en la pretemporada, se acercó Miguel un día y me dijo: "Si mañana arrancaría el torneo, empezás vos de titular". A veces, en el fútbol, pasan esas cosas para motivar. Los técnicos pueden decírtelo para que te la creas y des un plus. Pero en su caso era algo real.
-¿Sentías que se manejaba con un afecto distinto hacia vos?
-Nadie dimensiona la dureza con la que se manejaba Miguel en algunas situaciones y el afecto que te daba por el otro. Lo podías ver abrazando a alguien o también siendo muy duro, casi al extremo.
-¿Y cuando te dijo que ibas a jugar y te mandó al fondo, sacándote de tu hábitat natural?
-Es que yo soy de los que piensa en que el resguardo por el equipo está por encima de alguna apetencia individual. Arrancaba aquello de intentar jugar con tres centrales bien marcados y también pensaba, por otro lado, en que era mi oportunidad de jugar… ¡Con él ibas a la guerra! Con River, en cancha de River, me puso de volante por izquierda y me acuerdo que empatamos 2 a 2 y que Astrada, que hacía un gol cada tanto, nos hizo uno. ¡Y a mi me puso de volante por izquierda!
-¿Qué pensás que vio en vos para ponerte en esas posiciones y no de volante central?
-Su idea era que todos están a la misma altura y que había que luchar hasta el final. Eso era innegociable con él. Y hay cosas que suceden y se manifiestan en la semana, que te ayudan a tomar decisiones. Creo que él intuyó que podía descubrir una situación mejor para mí en otro lugar de la cancha. Lo que rescato y puedo transpolar de él, es el trabajo. Miguel laburaba en serio y estaba pendiente de prevenir lo malo que podía suceder.
-¿Lo entrenaron mucho tiempo?
-Desde la pretemporada venía viendo que podía jugar en otra posición. El estaba convencido de que podía ponerme y me di cuenta de que el trato, conmigo, era distinto. Él era igual con el delantero que le hizo 15 goles y con el chico que hacía debutar. Tal vez vio en mí a alguien por el que podía apostar. Por el resto de mi vida me acordaré de Russo, porque me mimó, me dio calor, fui un hijo predilecto de él dentro de un grupo.
-¿Cómo te enteraste de la noticia?
-Generalmente estoy en zonas rurales porque trabajo en una empresa agropecuaria y durante el día no leo ni escucho noticias, ando mucho. Dejo las noticias para un momento puntual del día que generalmente es el mediodía y la noche. Fui al peluquero y al toque me puso al día, desde cuánto está el dólar hasta esto de Miguel… ¡Viste cómo son los peluqueros!... Y me golpeó fuerte lo de Miguel… Y hubo algo también muy importante…
-¿A ver?
-Yo no tenía contrato y tenía que jugar, para ganar dinero, porque los premios eran muy buenos. El mínimo que me pagaban no te alcanzaba ni para pagar la mitad del alquiler. No era fácil ser jugador del club y jugar sin renovar el contrato. En la segunda o tercera charla, yo le dije que lo quería hacer dudar por si el presidente no quería que jugara… Viste cómo son las cosas en los clubes cuando un jugador no arregla su contrato… Y él me dijo "eso es para otros, para mí eso no existe"… Por ahí le dijeron que conmigo no contara, pero para Russo, eso no existió.
-Imagino que no te sorprendió todo lo que vino después con Russo en su carrera…
-No me sorprendió para nada todo el éxito que tuvo. Tuvimos la fortuna, en el Colón de ese entonces, de rodearnos de jugadores extraordinarios y gracias a Dios con algunos tengo amistad. Y de técnicos, Ricardo Gareca, que vino después, era muy parecido a Miguel. Tampoco me puedo olvidar de la primera charla que tuve con Ricardo en la pretemporada.
-¿Qué te dijo Gareca?
-Seguía sin contrato y me dijo que me quedara tranquilo, igual que Miguel. Y arranqué jugando el primer partido del torneo.
-Te retiraste del fútbol muy joven y te dedicaste a otra cosa. ¿Por qué?
- Siempre tuve la convicción de que iba a tener muchos hijos y quería disfrutarlos a pleno. En determinados ambientes, la vida que se lleva es extraordinaria, pero te quita cosas. Pasa con los futbolistas o con los artistas. No sé si hubiese tenido la familia que tengo hoy si hubiese seguido en el fútbol. Yo elegí, porque entendí que no era complementaria o compatible una cosa con la otra. Pude elegir y dedicarme a otra cosa, lo económico no es algo que me motive a hacer todos los días algo por dinero a no ser de satisfacer las necesidades básicas y vivir realmente bien como vivo. En ese momento, fui intransigente y no dudé… Durante 15 o 20 años no me replanteé nada. Pero los años te hacen ver las cosas de otra manera, te das cuenta que en la vida te encontrás con gente distinta en todos los ambientes, con gente con la que no compatibilizás... Uno crece en la vida y madura… En ese momento, dije basta y no lo dudé. Después, me di cuenta de que podría haber seguido un poco más y soportando esas situaciones por las que en ese momento había sido intransigente.