El gas que la Argentina proyecta venderle a Europa saldrá desde los puertos patagónicos por caños de acero fabricados en China.
La provincia patagónica informó que se completó la descarga de 10.000 toneladas de tuberías de acero traídos desde Shanghái para el gasoducto del proyecto de GNL de Southern Energy que conectará el Gasoducto San Martín con los buques licuefactores en el Golfo San Matías. Mientras, se anunció la firma del primer contrato con Europa.

El gas que la Argentina proyecta venderle a Europa saldrá desde los puertos patagónicos por caños de acero fabricados en China.
Este viernes se terminó de completar en Río Negro la descarga de 10.000 toneladas de caños de acero que servirán para construir el gasoducto dedicado del proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) que impulsa Southern Energy SA (SESA) en el Golfo San Matías.
Se trata de unos 2.260 caños sin costura que fueron cargados por el buque Billion Star en Shanghái. Con los materiales ya apilados en el predio de la terminal, la obra entra en su etapa visible: obrador, traslados y tendido de ductos.
“El Puerto SAE recibió las 10.000 toneladas de caños que van a impulsar el proyecto de GNL, un movimiento que vuelve a poner al puerto en plena actividad y que empieza a sentirse en el comercio, en el transporte y en el trabajo local”, celebró el gobernador Alberto Weretilneck al confirmar el fin del opertativo.
La crónica rionegrina de estos días tuvo un solo protagonista: el Billion Star. El carguero de gran porte de 175,53 metros de eslora y 29,4 de manga, arribó a San Antonio Este a fines de noviembre con las 2.265 largas unidades de caños sin costura, de distintos diámetros, que suman en total 10.000 toneladas de acero adquirido en China.
La carga se embarcó en Shanghái el 22 de septiembre y forma parte del primer envío crítico de tuberías para el gasoducto dedicado del proyecto GNL. La descarga se organizó como un operativo continuo, con dos grúas propias del buque trabajando en cubierta y equipamiento especializado de la terminal —grampas, eslingas, spreaders, maquinaria de alto tonelaje— operado por personal técnico local.
Bajo ese esquema, la maniobra se extendió varios días hasta su finalización, confirmada oficialmente sobre el cierre de esta semana. Los caños quedarán ahora acopiados en forma ordenada en predios de Patagonia Norte, dentro del área portuaria. En paralelo, se trabaja en la adecuación del predio que funcionará como obrador, con accesos, logística y preparación del terreno. Según las estimaciones del propio proyecto, el traslado terrestre hacia los frentes de obra comenzará dentro de aproximadamente un mes, cuando esté listo ese dispositivo.
¿Para qué se usarán exactamente estas tuberías? El plan contempla la construcción de unos 15 kilómetros de gasoducto, combinando tramos terrestres y submarinos, que unirá el Gasoducto San Martín —la gran red troncal proveniente del sur del país— con el sistema marítimo que se ubicará a la altura de Fuerte Argentino. Allí se montarán las unidades flotantes de licuefacción (FLNG) y las monoboyas a través de las cuales se cargará el GNL en buques metaneros para su exportación.
En términos simples: el gas viajará por la red existente, se desviará por este nuevo ducto dedicado montado con caños chinos y, ya en el mar, será enfriado hasta –162 grados para reducir 600 veces su volumen y convertirlo en líquido, listo para embarcar rumbo a Europa y otros destinos.
“Con los materiales ya acopiados, se prepara el obrador y el inicio del traslado hacia los frentes de obra”, anticipó Weretilneck. Y volvió a insistir en la lectura política de este movimiento: “Cada avance confirma algo importante: Río Negro es clave en el futuro energético argentino, con un Estado activo que acompaña inversiones estratégicas y genera oportunidades para nuestra gente”.
El desembarco de los caños en San Antonio Este no es un hecho aislado. Se inscribe en una secuencia que empezó a tomar forma esta semana con un anuncio que trascendió el ámbito energético: la Argentina firmó su primer contrato de exportación de GNL a Europa.
El acuerdo fue sellado entre Southern Energy (SESA) y la estatal alemana Securing Energy for Europe (SEFE), e incluye la provisión de 2 millones de toneladas anuales de GNL durante ocho años, equivalentes a unos 9 millones de metros cúbicos diarios de gas. Según las estimaciones divulgadas por la compañía, el volumen podría traducirse en más de US$ 7.000 millones en exportaciones a lo largo de la vigencia del contrato, dependiendo del precio internacional.
“El acuerdo constituirá la primera venta a gran escala de GNL desde la Argentina y representa un hito para el desarrollo futuro de las reservas de gas natural de Vaca Muerta”, destacó Rodolfo Freyre, chairman de SESA, al anunciar la firma. Desde el lado europeo, Frédéric Barnaud, director comercial de SEFE, subrayó que se trata del primer acuerdo de la empresa con un proveedor sudamericano y lo definió como un paso para “diversificar geográficamente la cartera y fortalecer la seguridad energética de Europa”.
Detrás de ese compromiso comercial hay una infraestructura que ahora empieza a tomar forma física en Río Negro. El gas de Vaca Muerta viajará por caños de acero chinos hasta el Golfo San Matías, donde se montarán las unidades flotantes de licuefacción que operará SESA. El primer buque, el Hilli Episeyo, está previsto que llegue a la Argentina a comienzos de 2027 y podrá producir 2,45 millones de toneladas de GNL al año. El segundo, el MKII, está en construcción en China y aportará 3,5 millones de toneladas adicionales desde 2028. Entre ambos, la capacidad combinada alcanzará 6 millones de toneladas anuales de GNL.
La magnitud del proyecto se refleja también en los números de inversión. SESA prevé destinar más de US$ 3.200 millones a la primera fase del plan (2024-2031) y casi US$ 2.800 millones a la segunda (2032-2035), con una inversión total proyectada de US$ 6.000 millones solo en la infraestructura principal. A lo largo de los 20 años de vida útil, el impacto acumulado en toda la cadena de valor superaría los US$ 15.000 millones, habilitando nuevos desarrollos de gas en Vaca Muerta.
El proyecto que ahora entra en su etapa visible está liderado por Southern Energy SA (SESA), una compañía creada como vehículo específico para el desarrollo de GNL argentino. El consorcio reúne a cinco grandes jugadores del sector: Pan American Energy (PAE), con el 30% de participación; YPF, con el 25%; Pampa Energía, con el 20%; Harbour Energy, con el 15%; y Golar LNG, con el 10%, que aporta experiencia en infraestructura flotante y operación de buques licuefactores.
Los dos buques licuefactores —el Hilli Episeyo y el MKII— estarán posicionados en el Golfo San Matías, entre Sierra Grande y San Antonio Oeste, en Río Negro, donde también se proyecta una terminal para exportar petróleo. Con ambos en operación, la Argentina tendrá capacidad para exportar en un plazo de tres años unos 27 millones de m³ diarios de gas natural en forma de GNL, el equivalente al 18% de la producción actual de invierno.




