Por qué los lunes aumentan el estrés y el riesgo cardíaco, según la ciencia
Investigaciones recientes confirman que los lunes no solo implican volver a la rutina, sino que están asociados a un aumento del cortisol, mayor ansiedad y riesgo cardiovascular, incluso en personas jubiladas.
Por qué los lunes aumentan el estrés y el riesgo cardíaco, según la ciencia
El lunes es, para muchas personas, el día más difícil de la semana. Más allá de la percepción común de cansancio o tristeza, la ciencia confirma que este día se asocia a un aumento en los niveles de estrés, ansiedad e incluso riesgo de eventos cardíacos. Estudios recientes muestran que el denominado “efecto lunes” deja una huella biológica medible, que puede mantenerse a lo largo de la vida.
Según investigaciones difundidas por Scientific American y un análisis del Estudio Longitudinal sobre el Envejecimiento (ELSA), en Inglaterra, quienes experimentan ansiedad los lunes registran un aumento del 23% en el nivel de cortisol acumulado en las semanas siguientes respecto de los que lo sienten en otros días.
Ansiedad de los lunes: un patrón que trasciende la vida laboral
El hallazgo es relevante porque el cortisol es la hormona clave de la respuesta al estrés: en niveles altos y sostenidos incrementa el riesgo de ansiedad crónica, depresión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y debilita el sistema inmune.
Ansiedad de los lunes: un patrón que trasciende la vida laboral
El “efecto lunes” no distingue edad ni situación laboral. Aunque se asocia a la transición entre el descanso del fin de semana y las exigencias del trabajo, los estudios muestran que también afecta a personas jubiladas. Esto indica que los años de rutina laboral dejan un condicionamiento que persiste en el organismo, aun cuando ya no existan obligaciones profesionales.
Aumento en los niveles de estrés, ansiedad e incluso riesgo de eventos cardíacos
El análisis incluyó preguntas sobre los niveles de ansiedad experimentados y mediciones de biomarcadores como el cortisol en muestras de cabello. Los resultados confirmaron que solo la ansiedad reportada en lunes predijo un aumento sostenido de esta hormona. En otros días de la semana, el patrón no se repitió.
Los investigadores señalan que una de las posibles explicaciones es la dificultad del cuerpo y el cerebro para adaptarse al cambio de ritmo entre el fin de semana y el inicio de la semana. Otra hipótesis apunta a la incertidumbre particular que genera el lunes, lo que eleva la ansiedad y, en quienes no logran ajustarse, produce un desgaste progresivo de los mecanismos de autorregulación biológica.
El estrés repetido asociado al lunes puede transformarse en un hábito arraigado que, sin intervención, se mantiene con el tiempo. A largo plazo, incrementa el riesgo de enfermedades físicas y mentales, por lo que especialistas sugieren prestar atención a este fenómeno.
La investigación advierte que los hospitales y centros de salud podrían reforzar la atención en estos días, sobre todo para personas con antecedentes cardíacos o problemas de ansiedad.
Al mismo tiempo, hay prácticas que pueden ayudar a disminuir el impacto del inicio de la semana. Entre ellas, la meditación, la actividad física regular, un descanso nocturno adecuado y técnicas de atención plena. Estas estrategias favorecen la regulación emocional y ayudan a que la adaptación al lunes sea menos brusca.