Septiembre: el mes de oportunidades para comenzar una vida mejor
El peso corporal, la alimentación y el movimiento diario son, en realidad, variables médicas que condicionan nuestra calidad de vida presente y futura.
Septiembre: el mes de oportunidades para comenzar una vida mejor
Septiembre siempre llega con un aire distinto. El invierno empieza a retirarse, los días se alargan, el sol aparece un poco más temprano y la naturaleza parece recordarnos que siempre hay un momento para volver a empezar. Es, quizás, el mes de las oportunidades: un tiempo ideal para quienes buscan iniciar cambios que se traduzcan en una vida más plena y saludable.
Ahora bien, conviene aclararlo desde el inicio: no hablamos de estética ni de perseguir un número en la balanza. Ese enfoque suele llevar a la frustración y, más temprano que tarde, al abandono. Lo que está en juego es la salud. El peso corporal, la alimentación y el movimiento diarioson, en realidad, variables médicas que condicionan nuestra calidad de vida presente y futura. Y, como hemos dicho en decenas de editoriales, siempre es mejor prevenir que curar.
Cambiar la manera en que nos alimentamos
Con más de veinticinco años de trayectoria clínica, acompañando a personas de todas las edades y contextos, he visto cómo las decisiones pequeñas y sostenidas logran resultados enormes. Cambiar la manera en que nos alimentamos no es un gesto pasajero, es un acto de cuidado hacia uno mismo. Los vegetales de estación, los granos, las legumbres y las preparaciones caseras pueden ser protagonistas cotidianos que refuercen defensas y nutran en serio. Comer bien no es resignarse: es ganar fuerza, equilibrio y vitalidad.
Del mismo modo, el ejercicio físico no necesita ser extremo ni agotador. Una caminata diaria, unos minutos de movilidad, una rutina sencilla y constante pueden marcar la diferencia. El cuerpo humano responde con gratitud cuando le ofrecemos movimiento. Mejora la circulación, la respiración, el ánimo, la calidad del descanso. En definitiva, mejora la vida.
No hablamos de estética ni de perseguir un número en la balanza
Septiembre se presenta como una invitación a revisar hábitos. Tal vez empezar a cenar un poco más temprano, incorporar una fruta en lugar de un ultraprocesado, cocinar un guiso de verduras en familia o animarse a salir a caminar veinte minutos. No son gestos menores: son decisiones que, repetidas, construyen un camino de salud.
Y conviene repetirlo: este no es un asunto estético ni de moda. Es un tema médico, ligado a la prevención de enfermedades crónicas que afectan a millones de personas y que, muchas veces, podrían haberse evitado. En la práctica diaria lo confirmamos una y otra vez: cuando los cambios se hacen a tiempo, los resultados son visibles y sostenibles.
Quizás por eso septiembre tiene un valor tan simbólico. Nos recuerda que nunca es tarde, que siempre se puede empezar y que dar el primer paso abre la puerta a un horizonte diferente. Es el mes de las oportunidades para una vida mejor, y la salud debería estar siempre en el centro de esas oportunidades.
Porque, en definitiva, de eso se trata: de sumar años con calidad, de sentirnos bien, de vivir plenamente. Como tantas veces hemos escrito en estas páginas, el verdadero cambio no comienza en el espejo, sino en la decisión de cuidar lo más valioso que tenemos: nuestra salud.